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Granja D’Elia se expande con la construcción de un helipuerto

  • 15 marzo 2019 /

El icónico complejo turístico ha sido por décadas una de las mayores fuentes de empleo de Siguatepeque.

    Siguatepeque.

    ¿Adónde queda Honduras?, le preguntó Elena a su esposo allá por 1964. “Yo no sé”, respondió Amedeo D’Elia, un joven soñador y recién casado.

    No había desarrollo tecnológico ni páginas de internet para “googlear” Honduras... Lo que sí tenía era una oferta de trabajo con un sueldo que cuadruplicaba el que tenía en ese entonces.

    Amedeo D’Elia Fariello y su esposa Elena llegaron por primera vez a Tegucigalpa, pero –aunque vivieron 12 años en la capital– no era ese el lugar que el destino les tenía preparado. La nostalgia los devolvió a Italia, pero el fracaso en esas tierras los trajo de vuelta, esta vez a Siguatepeque. Era 1978, año en el que se empezó a construir su historia de éxito. Es el gerente propietario del Complejo Eco-Turístico Granja D’Elia, en Siguatepeque, a orilla de la carretera CA-5.

    Allí se pueden encontrar desde deliciosa comida hasta souvenirs.
    El hotel y restaurante tiene una amplia trayectoria que lo convierte en uno de los sitios históricos y parada obligatoria de turistas. El negocio se inauguró en 1978; en ese entonces era una granja de gallinas. En 1990 se construyó la primera parte, que es donde se ubica el supermercado.

    “Tengo que agradecerle a una persona muy especial, don Jorge Bueso Arias”, expresó don Amedeo, quien recordó que en 1988 se acercó al empresario y banquero para contarle su idea de negocio.

    Le contó su plan de ampliar la construcción y le solicitó financiamiento, y “desde entonces jamás me ha dicho que no”. Esa relación financiera y de amistad se mantiene hasta la fecha y fue el origen de lo que hoy en día es uno de los negocios más prósperos.

    Hay estacionamiento para más de 200 autos y 100 buses.
    El agua

    “En octubre de 2015 tuvimos una gran pérdida. Hubo una inundación que destruyó todo. De la quebrada que está aquí cerca llegaba tanta agua que en pocas horas arrasó con todo. Lo bueno es que no hubo pérdidas humanas, aunque a mí me daban por muerto”, recordó.

    “Eso fue un viernes, y el lunes a las 8:00 am recibí la visita de la asistente de don Jorge (Bueso Arias). ‘Estoy vivo, y no estoy pensando en morir, pero dígale que la pérdida fue demasiada (el seguro no lo abarcaba) y que necesito que me autorice urgente un traslado de 10 millones de lempiras a mi cuenta’”, le dije. Una vez más contó con su apoyo. Esa segunda oportunidad le permitió no solo recuperarse, sino engrandecer su negocio. Inició un proceso de remodelación y desde entonces no ha parado.

    En Granja D’Elia se celebran todo tipo de eventos, tanto empresariales como familiares.
    Entre las mejoras destaca un centro de convenciones Expo Auditorio para más de 2,500 personas. El complejo tiene seis salones, hotel, restaurante, supermercado, cafetería, boutique y área de piscina. Actualmente se construye un gimnasio y un spa, pero entre las novedades está un helipuerto.

    “Nunca he parado de hacer mejoras, pero la innovación más grande es la construcción de un pequeño helipuerto, ya que aquí también recibimos a presidentes, embajadores y diplomáticos, y ahora ellos podrán aterrizar directamente en Granja D’Elia”.

    Don Amedeo resalta que Siguatepeque siempre ha sido una ciudad próspera. “Estamos agradecidos con los clientes, por ellos estamos obligados a hacer más”.

    Son seis salones en total. El Expo Auditorio tiene capacidad para más de 2,500 personas.