22/04/2024
05:28 PM

'En cada canillita veo a un dueño de Power Chicken”: Roberto Contreras

El empresario Roberto Contreras dice que no quiere ver caravanas de hondureños hacia EEUU, sino caravanas de emprendedores en busca del sueño hondureño.

    San Pedro Sula, Honduras.

    El empresario Roberto Contreras nació en el hospital Leonardo Martínez y creció en los barrios bajos de San Pedro Sula, “de donde no se creía que pudieran salir emprendedores”.

    Con orgullo cuenta que se calzó a los 14 años y durmió en el suelo, con sus hermanos, hasta los 19 años, en un estrecho cuarto del barrio Sunseri de San Pedro Sula.

    Los trabajos que hizo en las calles durante su niñez le ayudaron a forjar su espíritu emprendedor que lo impulsó a convertirse en el propietario de una cadena de restaurantes y otros negocios.

    Su niñez fue dura, pero no se queja por ello. Después de vender periódicos por la mañana se iba a la escuela Soledad Fernández Cruz en donde cursaba el tercer grado. Más tarde acudía a barrer la acera del Supermercado Júnior cuando la avenida Júnior no estaba pavimentada.

    Mantiene una buena relación con sus empleados a quienes les ha enseñado a hacer sus recetas.
    “Mientras algunos padres le cuentan cuentos a sus hijos para que se duerman, mamá me despertaba con cuentos de motivación para que fuera a las calles a buscar el bocado diario”, recuerda.

    Algo que le ayudaba a sobrevivir las adversidades de su infancia sin lamentarse eran las sabias palabras de su madre: “No trate de causar lástima a nadie, mejor trabaje para levantarse”.

    “Mamá solo hizo el segundo grado, pero hablaba mejor que un universitario porque le gustaba leer”, comenta.

    Gracias a ella y a su tenacidad ha podido demostrar que en Honduras no solo pueden triunfar las personas con apellidos extranjeros, según ha dicho.

    Con su esposa Zoila Santos comparten sus hijos Denisse, Angie, Astrid y Roberto Júnior. Aquí con su mascota Zeus.
    “En medio de mi pobreza y mis limitaciones, siempre tuve la certeza que podía tener otra mejor forma de vivir”, dice el dueño de la marca Power Chicken.

    Después que se puso los primeros zapatos de 14 lempiras, trabajó como conserje durante 12 años en una compañía de crédito. Los ejecutivos de esta empresa, al ver su espíritu de superación, le dieron una beca para que se hiciera contador y aprendiera el inglés. “Ellos invirtieron en mí para que fuera un hombre de bien, por eso ahora, en compensación, apoyo a los desposeídos. En cada niño que vende periódicos, veo a un dueño de Power Chicken”.

    Entre los proyectos para incentivar emprendedores está el reality Apuesto por ti Honduras, una producción de Campus Televisión y la Universidad de San Pedro Sula (Usap), en el que Contreras actúa como juez. También “oriento a los participantes para ayudarles a que alcancen su objetivo”.

    Considera que “emprender no es alcanzar el éxito, sino una disciplina de vida. Para el emprendedor todos los días son un reto de vida”.

    Comenzó en el negocio con un asaddor de 900 lempiras, vendiendo carne en colegios y eventos deportivos.
    Cuando tenía 11 años de edad se propuso que a los 25 le compraría una casa a su mamá para que ya no anduviera alquilando de cuartería en cuartería. Sin embargo, fue a los 35 años cuando le regaló una finca con muchas aves y flores que ella disfrutó hasta su muerte.

    Ahora la finca, establecida en Puerto Cortés, es un santuario de colibríes. “Siento que en cada una de esas avecillas está el corazón mi madre”, dice. No se le olvidan los tiempos en que pasó pobreza junto a ella y sus tres hermanos, pero esos tiempos no los cambiaría por nada, porque fueron su lección de vida.

    Dice que ahora que ha triunfado y se siente, de repente, muy encumbrado, “regreso a Cabañas a saludar a mis viejos amigos, porque no quiero que se me olvide de donde vengo”.