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Cuerpo de jefa de la Atic en Copán también tenía indicios de asfixia

  • 10 julio 2018 /

Practicarán la prueba de trayectoria balística en el apartamento. La escena fue modificada; el celular aparece en tres lugares diferentes.

Tegucigalpa, Honduras.

Los indicios encontrados en la escena del crimen de Sherill Yubissa Hernández Mancía (de 29 años) develan que hubo violencia antes de que la joven fuera asesinada, que varios objetos en la escena fueron cambiados y que 60 minutos bastaron para que los investigadores y fiscales analizaran la escena del crimen.

Solo la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) tomó el control de la escena. Una llamada de un superior de la Atic a los fiscales de Santa Rosa de Copán les informó que por la complejidad del caso esa entidad tomaría las riendas de la investigación y por eso no participó la Dirección Policial de Investigación (DPI).

Pero el proceso, según una fuente de la Fiscalía que por seguridad omitó su nombre, reveló irregularidades. “Todo parecía normal, hasta que se analizaron los detalles y encontramos que había inconsistencias. En tres de las fotos de la escena observamos que el celular de la víctima aparece en lugares diferentes.

En una está bajo la laptop, en otra encima de la jarra con agua, la que estaba tapada y en el piso. Lo extraño es que cuando se hizo el levantamiento, el celular estaba dentro de la jarra cubierto por el agua. Esto solo indica una modificación de la escena”, dijo.

Según el acta de levantamiento, a las 10:06 am se iniciaron los peritajes, el estudio de todo lo que rodeó a la jefa de la Atic antes de su muerte. Ese procesamiento de la escena duró sesenta minutos, a las 11:00 am se establece que finalizó la fase de búsqueda de evidencias.

A un mes de la muerte de la jefa de la Unidad de Delitos Contra la Administración Pública en Copán, las dudas siguen aflorando y no se tienen claros los avances sobre la investigación en el caso.

Foto: La Prensa



Hubo violencia

Una pieza no cuajaba en la versión preliminar que la misma Atic, a escasas horas del hallazgo del cadáver, daba sobre la manera de muerte de su compañera. El suicidio para uno de los agentes no estaba claro. El investigador aseguró a LA PRENSA que los moretones en la cara y cuello levantaban sospechas. “El cadáver mostró signos de violencia. Esos moretones en su cuello y cara se asocian con ahogamiento, con asfixia. Ella tenía un balazo en la cabeza y signos de ahogamiento”, relató el agente.

Los familiares de Sherill Yubissa nunca creyeron en la versión del suicidio. La alegría que siempre mostró la joven no daba visos de un perfil suicida.

“Nunca creímos la versión del suicidio. Jamás Sherill intentaría matarse. Lo que ella siempre tuvo fue alegría, y no era depresiva”, dijo su prima Lila Izaguirre, quien ahora pide justicia junto con sus demás familiares.

Otras pruebas

Ayer se informó que realizarán la prueba de trayectoria balística, con la que se busca reconstruir lo ocurrido el 11 de junio y conocer la verdad.

“Esa prueba busca confirmar la posición de la víctima, el desplazamiento del proyectil que causó la muerte. Eso da más luces para esclarecer el caso y tener certeza de cómo se dieron los hechos”, dijo el investigador.

El dictamen preliminar de Medicina Forense y que LA PRENSA reveló evidenció que Sherill Yubissa no se suicidó, la mataron.