Los niños con autismo pueden beneficiarse del ejercicio físico

Utilice imágenes: Las fotografías y otros elementos visuales ayudan a las personas con autismo a realizar la conexión con el ejercicio

  • 12 abr 2021

The New York Times.

Ser activo es bueno para la mayoría de las personas, y ahora, unos estudios recientes muestran que puede ayudar a los niños con autismo a gestionar los problemas conductuales comunes.

'El ejercicio va más allá de los beneficios relacionados con la salud y el aumento de la capacidad física para las personas con autismo', dijo David Geslak, pionero en el uso del ejercicio físico para ayudar a los niños con autismo. 'La investigación muestra que el ejercicio aumenta la concentración, mejora el rendimiento académico, reduce los comportamientos estereotipados y fomenta la confianza'.

Un estudio, que se publicó en la edición de abril de la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, informó que 10 minutos de ejercicio de baja intensidad redujeron la repetición verbal de frases o palabras y el aleteo de las manos, dos comportamientos comunes asociados al autismo.

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Otro estudio reciente, de la Universidad Estatal de Oregón, encontró que se deben realizar unos programas de ejercicio dirigidos entre los 9 y los 13 años de edad para ayudar a los niños a mantener la actividad física. Es en ese momento cuando los niños muestran la mayor disminución del tiempo de actividad, según el Colegio Americano de Medicina Deportiva (American College of Sports Medicine, ACSM).

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La clave

En una encuesta nacional que calificó la efectividad de más de 300 medicamentos, complementos nutricionales, dietas y terapias para el tratamiento del autismo, más de 700 familias consideraron al ejercicio físico como el número uno, según el ACSM.

La experiencia de Geslak enseñando a hacer ejercicio en la escuela a niños con autismo le llevó al desarrollo de un programa de acondicionamiento físico personalizado que se ha incluido en el currículum de 12 universidades.

Su pasión también fue clave para el lanzamiento, en 2018, del programa de Certificación de Especialista en Ejercicios para el Autismo. En el programa han participado más de 500 profesionales, según el ACSM.

'El análisis de las interacciones de los participantes en el apartado en línea del programa de Certificación de Especialista en Ejercicios para el Autismo señala una mayor confianza en la utilización de las prácticas basadas en la evidencia', afirmó Scott McNamara, profesor asociado de pedagogía de la educación física de la Universidad del Norte de Iowa, en Cedar Falls.

'Esto muestra que el programa cubre una laguna en el conocimiento de los profesionales, que al final se traduce en un mayor acceso a los programas de actividad física de calidad para las personas que conviven con el autismo'.

Qué hacer

Utilice imágenes: Las fotografías y otros elementos visuales ayudan a las personas con autismo a realizar la conexión con el ejercicio y a establecer una estructura y una rutina. Establezca rutinas: Se debe integrar un programa de ejercicios en la rutina diaria o semanal del niño. Incluso una sesión de ejercicio físico semanal puede ser beneficiosa.

Elija la persistencia en vez de la perfección: Haga que sus hijos se muevan, incluso si el ejercicio no es lo que ve en la televisión, sugirió Geslak. 'La enseñanza del ejercicio físico a las personas con autismo tiene un profundo impacto en el individuo, en sus padres y en los terapeutas o educadores que trabajan con ellos', añadió.