Cantante relativamente anónimo antes de que sus problemas judiciales llevaran a su encarcelamiento, Pablo Hasél es un rapero provocador con letras incendiarias que se ha convertido para parte de la opinión pública española en símbolo de la libertad de expresión.
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Condenado a nueve meses de prisión por unos tuits atacando la monarquía y la policía, este rapero catalán de 32 años recibió el apoyo de celebridades españolas como el cineasta Pedro Almodóvar, el actor Javier Bardem o el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
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Su caso incluso empujó al gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez a prometer una reforma del código penal para que los 'excesos' de los artistas en el uso de la libertad de expresión no conlleven penas de cárcel.
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En sus tuits, Hasél había llamado a las fuerzas del orden torturadoras y asesinas. También tildaba de mafiosa y criminal a la familia real. Los mensajes van en línea con las letras incendiarias y revolucionarias de las canciones del rapero, cuyo semblante serio, con una barba finamente recortada y unos ojos pequeños y penetrantes ha aparecido en varios grafitis pidiendo su libertad.
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Gracias en parte a estos enredos judiciales, Hasél, cuyo nombre real es Pablo Rivadulla Duró, se ha convertido en uno de los principales representantes del rap independiente español, cercano a movimientos de extrema izquierda. Después de descubrir el rap con diez años con el álbum de culto 'Straight Outta Compton', en 2005 empezó a grabar composiciones que difunde por internet gratuitamente.
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Sus letras subversivas a veces rayan en el límite, como en el título 'Muerte a los Borbones', una diatriba contra la familia real a la que acusa de ser heredera del dictador Francisco Franco. En ella, llega a afirmar que sueña con que el rey emérito Juan Carlos I 'vuela por los aires': 'eso no es terrorismo, ¡se merece el cielo!'.
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La detención de Hasél, el 16 de febrero, ha desatado una ola de protestas, principalmente en Cataluña, con decenas de detenidos y ha agudizado un debate sobre la libertad de expresión en España.
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Cada noche, las calles de la segunda ciudad española se convirtieron en escenario de fuertes enfrentamientos entre manifestantes y agentes de la policía, con barricadas, contenedores en llamas y múltiples destrozos.
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La noche del sábado, los incidentes incluyeron saqueos de tiendas de ropa y daños a edificios emblemáticos de Barcelona, como el Palacio de la Música.
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Desde el martes, un centenar de personas han sido detenidas por la policía en Barcelona y otras ciudades de Cataluña, según las autoridades.
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Las iniciativas en defensa de Hasél también se han extendido en días pasados a otras ciudades como Madrid.
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Enrabiados y sin miedo, muchos jóvenes se han enzarzado en las últimas noches en combates directos contra los agentes, saltando sobre sus coches o incluso persiguiéndolos. Estos respondieron con cargas esporádicas o con proyectiles de foam, que hirieron a una joven que perdió un ojo.
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Las imágenes de la ciudad en llamas causaron conmoción en parte de la ciudadanía. A menudo, los vecinos salen a recriminar a los manifestantes sus acciones o, desde sus balcones, trataban de apagar con mangueras el fuego.