El gobierno de Ecuador informó que retiró unos 150 cuerpos que yacían en viviendas de Guayaquil, tras el caos desatado en esa ciudad por la pandemia del nuevo coronavirus que ralentizó el traslado de las personas que han fallecido por múltiples causas.
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Una fuerza de tarea conjunta de militares y policías creada por el gobierno para atender esta emergencia 'levantó' los 150 cadáveres en los últimos tres días, informó el portavoz Jorge Wated.
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Los guayaquileños comenzaron a publicar videos de cuerpos abandonados en las calles y mensajes de auxilio de familiares para enterrar a sus muertos.
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La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, puso a disposición cuatro contenedores en las afueras de los hospitales para almacenar ahí los cuerpos de las víctimas del Covid 19.
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A esos cuatro contenedores se sumarán la semana que viene otros seis de similares características, 'para evitar que la gente se quede con sus familiares muertos en casa mientras se les busca cristiana sepultura', afirmó.
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La alcaldesa guayaquileña reconoció que el Ayuntamiento gestiona los llamamientos que se han hecho en redes sociales sobre la presencia de cadáveres en las calles, a las puertas de hospitales o en domicilios particulares, que ha puesto en conocimiento de las autoridades competentes.
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La provincia más castigada por el nuevo coronavirus en Ecuador es Guayas (70%), cuya capital Guayaquil tiene la mayor tasa de mortalidad de Ecuador por la COVID-19 y una de las más altas en Latinoamérica.
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Según Jorge Wated, quien lidera el equipo de retiro de cuerpos, el gobierno se está preparando para un escenario con más muertes.
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'Los expertos médicos lamentablemente (...) estiman que los fallecidos en estos meses llegarán a entre 2.500 a 3.500 por COVID, solo en la provincia del Guayas, para eso nos estamos preparando', señaló la noche del martes.
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El toque de queda de 15 horas que rige en esta ciudad de 2,7 millones de habitantes le ha dificultado todavía más la búsqueda.
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El pánico ha dado paso a una sensación de horror por el trato que están recibiendo los cuerpos en esta calurosa y húmeda ciudad, en medio de la desinformación e imágenes sin filtro que se propagan por redes sociales más rápido que la enfermedad.