Decenas de niños mendigan en las calles de San Pedro Sula, sin ningún control y a la vista de todos.
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El número de madres cargando a sus hijos y pidiendo dinero, con ellos en brazos, parece ir en aumento; en los semáforos de San Pedro Sula son observan a diario.
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Estos niños no asisten a la escuela y son obligados a pedir limosna en las calles por sus mismos progenitores, quienes en muchas ocasiones hasta los rentas a otras personas para pedir, relatan los mismos menores.
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En la mayoría de los casos, los adultos se aprovechan de la inocencia de los menores para obtener dinero de ellos.
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Los adultos vigilan de cerca a los menores, ya que son ellos quienes se quedan con todo el dinero que recogen, tal como se observa en la imagen tomada por Diario LA PRENSA.
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Es muy común ver a los niños limpiando los vidrios de los autos a cambio de dinero.
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Recurrir a menores para dedicarse a la mendicidad es penado por el Código de la Niñez y la Adolescencia de Honduras.
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La pena por el delito de mendicidad infantil es de tres a cinco años de reclusión.
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Sin embargo, esta sanción poco o nada atemoriza a los adultos que utilizan a los menores para conseguir dinero a través de la lástima.
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El equipo de LA PRENSA, pudo constatar que muchos niños salen a pedir dinero a las calles desde las 7 de la mañana y hasta 10:00 de la noche.
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En esta escena se observa como los adultos estan vigilantes al entorno de los niños, violentando así todos sus derechos.
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Aquí vemos cómo un adulto cuenta el dinero recolectado por un pequeño en uno de los semáforos de la ciudad.
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El código de la niñez y la adolescencia de Honduras también contempla sanciones por maltrato que puede ser por omisión, por supresión o por transgresión.
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El maltrato por omisión comprende todo perjuicio al bienestar del niño y a los e lementos esenciales para su desarrollo físico, intelectual y emocional.
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El maltrato intelectual por omisión comprende los casos en que no se le brindan los estímulos requeridos o no se le presta la atención debida a sus procesos educativos y recreativos
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El maltrato emocional por omisión es aquel por el cual se deja de proveer el afecto y el cariño que el niño necesita para su sano desarrollo.
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Las personas culpables de maltrato por omisión y supresión serán requeridas por el Juzgado de la Niñez competente o por el que haga sus veces para la corrección de la omisión o supresión. Si se negaren a hacerlo, se sancionarán con multa de cinco mil (L.5,000.00) a diez mil (L.10,000.00) lempiras.
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A pesar de estar protegidos por las leyes de Honduras, en la actualidad siguen siendo la población más vulnerable, en una sociedad que no tiene como prioridad su desarrollo.