A bordo de una maltrecha lancha de tablas, los hermanos Gutiérrez pescaron 20 kilos de tilapia en las aguas lodosas de la laguna Jucutuma, convertida en un gran charco por la sequía que ha provocado en Honduras la pérdida de cultivos y que tiene a varias ciudades sin agua potable. Fotos AFP
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La laguna 'se está quedando sequita', lamenta Javier Gutiérrez, de 50 años, mientras lava con agua ennegrecida el fruto de su pesca.
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En la faena lo acompañan sus hermanos menores, Iván (46) y Denis (28). Todos muy callados, como dolidos porque su patrimonio sucumbe.
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Las lagunas de Jucutuma, de 400 ha, y Ticamaya, de 317 ha, son joyas de la naturaleza que se encuentran apenas 10 km al noreste de San Pedro Sula, cerca de la costa caribeña. Pero la sequía las tiene al borde de su desaparición.
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En condiciones normales, Jucutuma 'es como cuando estamos en el mar: se levantan las olas', dice Orlando Mezquin, de 60 años, avistando la laguna desde el frente su casa de zinc y cemento construida en la cima de una colina, a la orilla de Jucutuma.
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A bed of smoke is seen over the Jucutuma Lake, in San Pedro Sula, Honduras, on September 1, 2019. - Honduras declared a state of emergency on September 5 due to severe drought that is affecting the main cities of the country. (Photo by Orlando SIERRA / AFP)
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'El único que aprovecha es el ganado', dice Héctor Mejía, de 39 años, un lugareño propietario de tres vacas que pastan a la orilla de Jucutuma. 'Este verano ha sido cruel, como nunca', asegura.
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En los arbustos y pastizales posan bandas de garzas, patos y otras aves acuáticas, amenazadas con morir si las lagunas no se recuperan en las próximas semanas.
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'Esto da tristeza', lamenta Rosalio Zamora, un noventón que nació en San José del Boquerón, una aldea a la orilla de Jucutuma.
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El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, declaró emergencia el 5 de setiembre a causa de la sequía.
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El jefe de Meteorología de la Comisión Permanente de Contingencia (Copeco), Francisco Argeñal, dijo a la AFP que la severa sequía agotó las fuentes de agua para consumo humano y provocó pérdidas de cosechas.
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En la capital, el sistema estatal de aguas racionó cada cinco días el servicio a sus 1,3 millones de habitantes, luego de que las dos principales represas cayeron a niveles históricamente bajos.
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El cambio climático ha hecho que el fenómeno El Niño, causante de sequías, se produzca cada dos años, cuando en décadas anteriores afectaba cada siete años.