Numerosos estudios han demostrado que la actividad física es fundamental para el desarrollo físico y emocional del niño.
Está comprobado que los pequeños que practican algún deporte tienen mayor resistencia cardiorrespiratoria, flexibilidad, fuerza, resistencia muscular y coordinación.
Pero además de los beneficios físicos, el deporte también tiene ventajas en el aspecto emocional del pequeño, ya que mejora su autoestima, aprenden el valor del esfuerzo, les ayuda a socializarse, favorece la relajación, aumenta las posibilidades de ocio, libera endorfinas (las famosas hormonas de la felicidad) y evita el sedentarismo.
La Academia Española de Pediatría (AEP) recomienda los siguientes deportes para los niños:
Natación
fútbol
gimnasia rítmica
judo
tenis
Además, es bueno para desarrollar la capacidad aeróbica, la velocidad, la agilidad y los reflejos. La ventaja es que se puede practicar tanto en un polideportivo como al aire libre.