Hábitos de los padres: influencia en la obesidad infantil

La obesidad infantil afecta al 10 % de los niños y niñas de entre 2 y 17 años. El sobrepeso y la obesidad se han acentuado durante el confinamiento y han afectado especialmente a los más pequeños, quienes se enfrentan a una vida más sedentaria y de peor alimentación.

  • 20 jul 2021

SAN PEDRO SULA.

La obesidad infantil es una de las patologías que más preocupan a los profesionales médicos, un problema que no solo deriva de la mala gestión de nuestras costumbres, sino también de la carga hereditaria y la gran influencia que tienen los padres.

Según investigaciones publicadas en la ‘Revista Española de Cardiología’, más del 80 % de la población tendrá al menos sobrepeso en 2030, y con ello aumentarán todos los problemas de salud. La obesidad afecta al 10 % de niños y niñas con edades comprendidas entre los 2 y los 17 años.

La Copa Covap, más allá de su carácter deportivo que recorre las ocho provincias de Andalucía, tiene por objeto situarse como una herramienta para formar a los jóvenes en hábitos de vida saludables y luchar contra el problema de la obesidad infantil.

Se trata de un proyecto creado por la empresa de alimentación COVAP en 2011, que se enmarca dentro de la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad), y cuenta con el respaldo de importantes figuras del deporte nacional que divulgan sus valores.

¿Por qué se descuida la alimentación de los más pequeños?
Los niños son imitadores de los comportamientos de los padres y si ven que sus padres hacen una cosa ellos la hacen igual. Hoy en día los padres comen mal, hay casas que la verdura ni la prueban y la ingesta de alcohol es desorbitada. Los niños toman esa referencia que creen que está bien.

Los pequeños responden muy mal a la verbalización, pero responden bien a la ejemplificación. Ir a favor es sencillo e ir a contracorriente es más complicado.

¿Por qué los niños son más vagos para cuidar su estado físico?
Por el aumento de las tecnologías y el sedentarismo. La miopía infantil ha crecido mas de un 30 % en los últimos años. Esto significa que el ojo humano no esta preparado para estar delante de una pantalla todo el día. Estos problemas de visión indican un sedentarismo que hace muchos años no existía.

Los niños hacen deporte, pero no como una actividad continuada. Antes jugaban en las calles, ahora solo asisten a su clase de fútbol y al llegar a casa no hacen nada más. Comen mucho, peor y se mueven menos. Si estas tres cosas se revirtieran la obesidad infantil remitiría.

¿Qué problemas de salud futuros pueden tener los niños con obesidad?
Sobre todo problemas metabólicos. La diabetes tipo 2 antiguamente solo se daba en gente mayor, y esporádicamente, pero hoy en día es frecuente en gente joven. También hay problemas cardiovasculares, de tensión alta, colesterol, problemas de hígado, es decir, problemas a nivel de funcionalidad del organismo.

La obesidad es un lastre que adelanta que muchos problemas genéticos se van a producir e instaura otros problemas que una persona no iba a tener nunca. Es más, una de cada cuatro muertes es responsabilidad de una mala alimentación.

¿Se culpa de la obesidad infantil a la existencia de alimentos azucarados?
Hay que concienciar de que hay alimentos con azúcar, como la pasta y las patatas, que tienen almidón con moléculas que tienen azúcar. Y eso la gente no lo sabe.

Luego están los alimentos puramente azucarados como las chucherías. Nuestro organismo no entiende bien esta cantidad de azúcar y al final todas las hormonas que controlan eso no pueden y acaba en diabetes.

Si este azúcar se consume, pero se quema durante el ejercicio, pues al final acabamos empatando. Pero cada vez el ejercicio es menos y acaba en problemas.

¿Los comedores escolares cumplen con las pautas de un buen menú?
Está regulado, está observado y la gente está concienciada. El problema está en que los niños no se lo comen. Tu le pones al niño un plato de brócoli y no lo quiere, por eso la gastronomía es la estrategia con la que nosotros presentamos los alimentos para consumirlos.

Comprendo que es difícil porque lo rápido y sencillo es lo más cómodo, pero habría que trabajar la presentación para estas edades. Aunque los productos estén bien, si los niños no se lo comen no consigues nada.

¿De qué forma ha afectado el confinamiento en los hábitos de las familias y sus hijos?
La gente ha preferido comer y comer antes que leerse el Quijote. Se han dedicado a cocinar mal, a competir por ver quién hacia la mejor tarta, y esto ha sido un problema. Si comes grasa y no la quemas engordas. En el confinamiento se acabaron los utensilios y los ingredientes necesarios para hacer bollería.

Si tu no utilizas el coche y le sigues echando gasolina el depósito rebosa, y así rebosa la grasa en el cuerpo humano. La comida no entra sola en tu boca, sino que eres tu quien la ingiere. Si esto lo controlas, lo controlas todo.

¿Cuál es la receta de la vida?
Nosotros somos omnívoros, es decir, necesitamos a otro ser vivo de alguna manera para obtener energía. Debemos comer entre 3 y 4 piezas de fruta y tomar verdura 2 veces al día. Con eso ya tenemos el 60 % de la alimentación. La carne y el pescado debe tomarse 4-5 veces a la semana; el huevo de 3-5 días; la pasta, arroz y patatas dependiendo del ejercicio físico. Si haces más pues más, si haces menos hay que reducir. Los lácteos obviamente todos los días y los frutos secos un puñado bien pequeño al día. Esta es la receta de la vida, la clave de una vida entera.

¿Qué ocurre con las dietas que circulan por las redes sociales?
La gente quiere ser original. El sentido común y la ciencia no vende. Lo que vende es lo extravagante.

Hay gente que vive del público y por ello empiezan a decir chorradas de las que viven, como publicar un libro de tonterías o abrir un negocio donde las vendan. Y así tenemos que convivir los especialistas, los que queremos ser honestos y seguir a la ciencia.

¿La economía de la familia influye en la dieta?
Lo considero un mito. La fruta y la verdura no es cara, lo es la bollería. Comer sano es mas barato que comer mal siempre que se elija bien y no se exceda la cantidad. No es cuestión de dinero, es cuestión de elegir.