Si usted es abuelo,
bailar con su nieto podría resultarle beneficioso. Ese es el resultado de un
estudio reciente de Israel, en que los investigadores examinaron cómo bailar juntas afectó a 16 abuelas y nietas. La conclusión:
puede fomentar el ejercicio y profundizar los vínculos entre las dos generaciones.
Bailar 'fomentó la actividad física incluso cuando el cuerpo estaba fatigado y débil', aseguró la autora del estudio, la Dra. Einhat Shuper Englehard, profesora del Kibbutzim College, en Tel Aviv. 'Esto enfatiza el significado de la relación cercana y familiar como medio de fomentar nuevas experiencias [lo que a veces se puede considerar imposible] para la persona mayor'.
Las nietas, que eran todas terapeutas de danza y movimiento, se emparejaron con sus abuelas para tres sesiones de danza libre.
Bailaron una vez por semana durante 10 a 15 minutos en casa de la abuela. Se les pidió a las nietas que imitaran los movimientos de sus abuelas, que fomentaran sus habilidades y que las dejaran descansar cuando fuera necesario.
Los videos de las sesiones de danza, los diarios personales y las entrevistas mostraron que las sesiones condujeron a sentimientos positivos y a un mejor estado de ánimo en las abuelas.
Por otro lado, las nietas ganaron una nueva perspectiva sobre el envejecimiento, así como una oportunidad para comenzar a procesar la muerte futura de sus abuelas.
Ambos grupos se mostraron agradecidos y dijeron que las sesiones de baile habían fortalecido sus vínculos, según el estudio, que se publicó en una edición reciente de la revista Frontiers in Psychology.
Englehard dijo que la danza puede mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y la resistencia, prevenir la ansiedad y la depresión, y ayudar con la demencia; todos estos problemas son comunes en los adultos mayores. También es barato y accesible, añadió.
'El aumento en la proporción de personas mayores en la población, junto con el aumento en el grupo de edad de los nietos adultos, requiere creatividad e innovación para proveer unos recursos y un respaldo diversos', señaló en un comunicado de prensa de la revista.
Bailar 'fomentó la actividad física incluso cuando el cuerpo estaba fatigado y débil', aseguró la autora del estudio, la Dra. Einhat Shuper Englehard, profesora del Kibbutzim College, en Tel Aviv. 'Esto enfatiza el significado de la relación cercana y familiar como medio de fomentar nuevas experiencias [lo que a veces se puede considerar imposible] para la persona mayor'.
Las nietas, que eran todas terapeutas de danza y movimiento, se emparejaron con sus abuelas para tres sesiones de danza libre.
Bailaron una vez por semana durante 10 a 15 minutos en casa de la abuela. Se les pidió a las nietas que imitaran los movimientos de sus abuelas, que fomentaran sus habilidades y que las dejaran descansar cuando fuera necesario.
Los videos de las sesiones de danza, los diarios personales y las entrevistas mostraron que las sesiones condujeron a sentimientos positivos y a un mejor estado de ánimo en las abuelas.
Por otro lado, las nietas ganaron una nueva perspectiva sobre el envejecimiento, así como una oportunidad para comenzar a procesar la muerte futura de sus abuelas.
Ambos grupos se mostraron agradecidos y dijeron que las sesiones de baile habían fortalecido sus vínculos, según el estudio, que se publicó en una edición reciente de la revista Frontiers in Psychology.
Englehard dijo que la danza puede mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y la resistencia, prevenir la ansiedad y la depresión, y ayudar con la demencia; todos estos problemas son comunes en los adultos mayores. También es barato y accesible, añadió.
'El aumento en la proporción de personas mayores en la población, junto con el aumento en el grupo de edad de los nietos adultos, requiere creatividad e innovación para proveer unos recursos y un respaldo diversos', señaló en un comunicado de prensa de la revista.
