Mamá: reinvéntese y mejore su vida

Conozca las claves para convertirse en una madre moderna y que forma hijos con buena autoestima.

  • 12 may 2018

México.

Intentar ser la madre perfecta puede ser muy arriesgado. Más allá de estresarse por cumplir un rol inalcanzable, psicoterapeutas aconsejan a las mamás identificar fortalezas y debilidades y reinventarse.

Martha Alicia Chávez, autora de “Tu hijo, Tu Espejo”; María Eugenia Ibarzábal, autora de “¡Mamá estoy gord@!”; Grecia Rivera, psicóloga de la Clínica de la Sociedad Psicoanalítica de México y Arlette Ortiz, terapeuta familiar del Instituto Personas, describen algunas de las preocupaciones que las madres plantean con mayor frecuencia en consulta. Si se identifica con alguna, aconsejan reflexionar si es tiempo de cambio. Plantean que uno de los objetivos de ambos padres es formar personas sanas, capaces de convivir y respetar reglas y con la determinación para perseguir sus sueños y su felicidad.

Sobreprotección. Parte fundamental de la crianza es darles a los hijos herramientas para que en el futuro puedan resolver solos sus problemas.

Ponerle el uniforme a un niño de primaria o encargarse de la limpieza de la habitación de un joven, por ejemplo, vuelve a los hijos irresponsables e inmaduros y les siembra la idea de que son incapaces de hacer algo por ellos mismos.

Si considera que debe hacer cambios es importante que avise a sus hijos: “A partir de mañana le va a bañar y a vestir solo porque ya puede hacerlo. Si necesita ayuda estoy aquí”.

Manipulación. Cuando la vida de mamá gira en torno a los hijos y por ello hace a un lado sus proyectos, es frecuente que experimente frustración que, eventualmente transmiten a los hijos, quienes sienten culpa de que la madre no haya hecho su vida por haberse entregado por completo a su cuidado.

Para evitar esta situación es indispensable que las mamás equilibren sus prioridades con las de sus hijos. Es importante que canalicen un tiempo para ellas y sus necesidades.

Perfeccionismo. Aspirar a ser la mamá perfecta con hijos perfectos y bombardear a los niños con exigencias, los somete a altos niveles de estrés, pero además los hijos crecen con la idea de que si no son perfectos no valen y no merecen ser amados.

Criar a un pequeño es un trabajo muy agotador, que además es garantía de equivocaciones. Si mamá no puede aceptar que alguna vez cometerá errores, tal vez se debe a que sus padres le pusieron como condición ser perfecta para aceptarla.

Falta de tiempo. Si la mayor parte del día la pasa en el trabajo, el problema ocurre cuando el poco tiempo que convive con los hijos no es de calidad.

Establezca límites. La disciplina le da a los niños y adolescentes la fuerza para enfrentar las experiencias dolorosas y soportar la frustración cuando no suceda lo que esperan.