Más de dos mil personas, entre ellas políticos y miembros de la familia real, asistieron el jueves, a un servicio religioso en la catedral de San Pablo, en Londres, para celebrar los 80 años de la reina Isabel II de Inglaterra.
Con un vestido color crema y pamela a tono, la reina llegó a la catedral acompañada por su marido, el duque de Edimburgo.
El primer Ministro británico, Tony Blair, el príncipe Carlos y sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique y unos treinta miembros de la realeza, participaron en el servicio de acción de gracias, presidido por el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
La familia real en pleno al salir de la misa de gratitud.
Williams destacó el gran sentido del deber de la soberana, sus años de servicio público y su fe cristiana.
Al término de la ceremonia, Isabel II se acercó a la gente que esperaba en la calle antes de acudir a la residencia Mansión House, en la City de Londres (centro financiero), para un almuerzo al que estaban invitadas unas 350 personas.
Harry, William y Carlos de Inglaterra.