Así de rotundo se mostró ayer el poeta argentino Juan Gelman, que defendió en León el valor de la poesía en un mundo en el que el poder intenta arrebatar a los ciudadanos la vida espiritual y pretende darles uniformidad.
Gelman, que recibió el XII Premio Leteo de literatura, que concede el Club Leteo de jóvenes escritores, dijo que es necesario hacer la distinción entre civilización y cultura, en la que “siempre” gana la segunda.
“La poesía solo se va a acabar cuando se acabe el mundo, pero eso ya no lo vamos a ver”, afirmó el Premio Cervantes 2007, quien compareció ante los periodistas junto a su amigo y predecesor en el palmarés del máximo galardón de las letras hispanas, Antonio Gamoneda.
Poesía y periodismo
Ante los que proclaman que el poema no se termina, sino que se abandona, Gelman manifestó que el poeta “acaba siendo abandonado por la poesía y ya no puede seguir. Quizás uno pueda escribir diez o doce poemas buenos a lo largo de su vida”, dijo, parafraseando a Jorge Luis Borges.
En relación con su faceta periodística, dijo: “Uno hace periodismo para comer y poesía para vivir”.