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Enséñele a perdonar

  • 13 diciembre 2008 /

Explique a su hijo que cuando pide perdón, gana muchas cosas

    Para que a los niños no les cueste tanto pedir perdón, debemos hacerles ver que se trata de un acto muy positivo. Al pedir perdón reflexionamos sobre nuestro comportamiento y nos aplicamos en mejorarlo, tenemos en cuenta cómo se siente el otro y le animamos a hacer un esfuerzo para que pueda perdonarnos y continúe queriéndonos tanto como antes, nos sentimos más satisfechos con nosotros mismos... Es evidente que todos salimos reforzados de esta buena acción.

    Éstos son sus motivos
    Pese a ello, los niños de esta edad suelen mostrarse bastante reacios a disculparse. Veamos por qué:

    • Siguen siendo bastante egocéntricos. En ocasiones se encierran en sí mismos y resulta difícil hacerles ver un poco más allá de su propio ombligo.
    • Son muy pasionales. Un día sus padres, primos o amigos son los mejores del mundo y luego auténticos “monstruos”.
    • Aún no tienen conciencia de lo que deben y no deben hacer. Saben que algo está mal porque se lo dicen los demás, no porque ellos lo vivan, por eso les cuesta tanto disculparse por algo que para ellos es natural.
    • No se pone en el lugar de otros. Para que aprendan se les debe hacer entender que su comportamiento y sus palabras afectan a los demás.

    El ejemplo en la escuela
    Los niños hacen travesuras y desobedecen, pero no son malos. Únicamente necesitan aprender que existen ciertas normas sociales para relacionarse y que cuando no se respetan, es necesario disculparse. Cuando su hijo cometa una falta tiene que lograr que se disculpe, pero no a la fuerza. Explíquele en qué ha fallado y qué espera de él, dele un tiempo para que reflexione y haga propósito de enmienda y acompáñelo a pedir disculpas.