En momentos en los que las finanzas públicas hondureñas atraviesan serias dificultades, el anuncio de parte del BCIE (Banco Centroamericano de Inversión Económica) de adoptar una política más “conservadora” para otorgar créditos parece ser un escollo más para el país
Para Federico Álvarez, expresidente del banco regional, la decisión de la institución representa un esfuerzo por proteger sus recursos. “Básicamente lo que ellos están diciendo es que van a desembolsar menos, y es que desde hace mucho tiempo el Banco Centroamericano viene necesitando de una capitalización, porque su capital se ha quedado corto para la demanda de financiamiento que tiene enfrente”, explica.
El analista añade que el hecho de que el país no cuente con un acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional) le dificulta al gobierno acceder a los desembolsos de los organismos multilaterales, por lo que la decisión del BCIE no viene sino a agravar la situación. “El problema de Honduras se agrava justamente porque está en esa situación con todos los organismos multilaterales”, añade.
Álvarez también anticipa que el BCIE se verá obligado a dejar de canalizar recursos para financiar proyectos del sector privado, por lo que el cambio de política afectará también a ese segmento económico.
El economista Jorge Interiano indica que la decisión del BCIE representa “un impacto terriblemente negativo para el desarrollo de la región y eso se va a reflejar en un estancamiento de la actividad económica”.
El economista no descarta que, en el caso de Honduras, las restricciones para el acceso a financiamiento pudieran obedecer a factores políticos, ya que en los últimos años se ha incrementado la demanda de recursos para el financiamiento de campañas electorales.
Funcionario
Alejandro Rodríguez, presidente del BCIE, explicó que en el banco “estamos en un proceso de capitalización para fortalecer las finanzas del BCIE y atender mejor los retos de la región centroamericana”, al tiempo que aseguró que “tratamos de ser conservadores en relación a años anteriores, pero no vamos a desatender prioridades de gobierno”.
La situación financiera del gobierno le mantiene con una todavía baja recaudación tributaria, un elevado nivel de gasto corriente y la ayuda del financiamiento internacional se limita a algunos proyectos previamente aprobados, por lo que la determinación del banco regional pone aún más en duda que la administración Lobo Sosa pueda obtener recursos frescos para financiar su presupuesto, situación que eventualmente afectaría al próximo gobierno ya que reduciría el margen de maniobra para la ejecución de proyectos y el cumplimiento de compromisos como el pago de deudas y salarios.