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El plan para el desarrollo del Sur de México y el Triángulo Norte

  • 18 junio 2019 /

El Presidente de México se reúne hoy con el Presidente de El Salvador y al respecto habla Fernando Morales-de la Cruz, de Café for Change.

Ciudad de México.

Hoy se reúnen los Presidentes de México y de El Salvador en Tapachula para discutir el plan para el desarrollo del Sur de México, El Salvador, Honduras y Guatemala.

Mucho se ha publicado en los medios de prensa sobre este plan de Cepal y de las organizaciones de la ONU.

Esta semana en Bruselas tuve la oportunidad de agradecer personalmente a la Doctora Alicia Bárcenas, al equipo de Cepal, de la ONU y, por medio del Embajador Mauricio Escanero, Representante de México ante la Unión Europea, especialmente al Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, por su interés en buscar e implementar soluciones a la triste y miserable realidad del Sur de México, El Salvador, Honduras y Guatemala.

Les ofrecí mis sugerencias, acá publico una síntesis de algunas de las más importantes:

Escuchar: A los analistas y expertos independientes de cada país porque un proyecto de esta importancia debe considerar no solo las opiniones y sugerencias de gobernantes y de las élites sino también las de expertos y analistas independientes y, en la medida de los posible, las de los gobernados. Esto último se puede hacer en buena medida gracias al internet.

Café Cosecha de Miseria. El cultivo del café que tradicionalmente ha sido un gran empleador en el sur de México y en el Triángulo Norte, para la abundante mano de obra poco calificada y para los pequeños productores, es hoy fuente de pobreza y genera abundante trabajo infantil debido a que las multinacionales que compran el café para exportarlo a los países desarrollados le pagan a los productores en el 2019, en términos reales, el 25% de lo que les pagaban en 1983 por cada libra de café.

Es urgente cambiar la ecuación del café en beneficio de todos los países productores. Es absolutamente inaceptable que la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos, Japón y Suiza digan estar comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con el respeto a la ley y a los acuerdos y convenios internacionales cuando cada taza de café que consumen sus presidentes, sus políticos y sus cientos de millones de ciudadanos incrementa la miseria, el hambre, la desnutrición, el trabajo infantil y la migración forzada.

Exportaciones agrícolas pagadas a precios de miseria y hambre. Buena parte de la generación de empleo rural en el Sur de México, El Salvador, Honduras y Guatemala depende de productos agrícolas para la exportación.

Los precios pagados por la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Japón, Suiza, Noruega, etc. por la gran mayoría de los productos agrícolas que nos compran no guarda ninguna relación con el precio que pagan los consumidores o con su valor real en los países desarrollados. Esto no puede seguir así. Es neocolonial.

Es urgente negociar en bloque, unidos con nuestros hermanos brasileños, colombianos, peruanos, argentinos, costarricenses, chilenos, etc. todos afectados por el mismo problema. El G7, la UE, Suiza, Noruega, etc. deciden si nuestros campesinos y sus hijos comen nutritivamente tres veces al día o solo una y mal.

Remesas Motor Económico. Uno de los principales motores económicos del Sur de México, de Guatemala, El Salvador y Honduras son las remesas que envían los migrantes que abandonaron sus hogares por la grave situación económica y social que hay en los cuatro países.

Remesas mucho más importantes que Ayuda para el Desarrollo. El impacto de la ayuda al desarrollo (UE, GIZ, US AID, Swiss AID, CIDA, etc) y de los programas nacionales de desarrollo en la economía para la casi totalidad de municipios rurales de Guatemala, El Salvador y Honduras es casi insignificante comparado con las remesas.

Las remesas son muchísimas veces más importantes que todos los programas de desarrollo, cualquier producto agrícola de exportación y también que cualquiera de los productos industriales para el mercado internacional.

Las remesas son ingresos netos para los países sin aparente costo alguno, excepto el costo humano de la separación de sus familiares, la fuga de cerebros y de mano de obra calificada.

Las remesas generan para el Triángulo Norte de Centroamérica ingresos que exceden anualmente los 20 mil millones de dólares por las transferencias de los migrantes guatemaltecos, salvadoreños y hondureños para apoyar a sus familiares y dependientes que aún viven en sus países de origen.

Las remesas son 11.8% del PIB en Guatemala, 22% del PIB en El Salvador y 20.3% del PIB en Honduras.

Foto: La Prensa

El CEO de Café For Change, Fernando Morales-de la Cruz, plantea sugerencias ante la crisis que atraviesan los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
A pesar de su gran importancia para las tres economías no existe ningún plan de gran escala en ninguno de los tres países, ni tampoco en México, para aprovechar al máximo su existencia fomentando la calidad del gasto de estas, modelos de ahorro y crédito a tasas internacionales (1% al 3%), pensiones o planes de vivienda popular para quienes reciben y para quienes con gran sacrificio generan las remesas.

Una excesiva proporción de las remesas es gasto por consumo en los países recipiendarios y un elevado porcentaje de este son productos importados que no generan valor agregado local o gran cantidad de empleos.

Modelo Hood Robin. Quienes envían las remesas pagan a un reducido grupo de empresas y a sus socios en los países del Triángulo Norte y en México entre en 7% y el 15% por transferir el apoyo económico a sus familiares.

Monto inaceptablemente alto considerando todas las opciones tecnológicas y financieras de transferencia disponibles en la actualidad.

El modelo ‘Hood Robin’ de las transferencias es el opuesto al de Robin Hood, heroico y folclórico personaje que robaba a los ricos para ayudar a los pobres.

El sistema tradicional de transferencia de remesas es uno en el que un grupo reducido de grandes empresarios y empresas de transferencias casi ‘confiscan’ entre el 7% y el 15% de lo que los pobres envían a sus familiares. Este cobro es leonino considerando la tecnología y las otras opciones existentes.

El modelo ‘Hood Robin’ en las remesas le cuesta a quienes las envían, a quienes las reciben y al Triángulo Norte una pérdida de casi 4 millones de dólares diarios en poder de compra, es decir más de mil trescientos millones de dólares anuales.

Este monto podría servir para acelerar el crecimiento económico y combatir la pobreza en las regiones rurales de los tres países.

Es casi increíble que no exista ningún plan tri-nacional o tetra-nacional serio para que se reduzcan los altísimos costos de transferencia.

Remesas, generación de empleo y vivienda popular. Tres de los más serios problemas en el Sur de México y en los tres países del Triángulo Norte son: la falta de oportunidades estables de empleo, la escases de oportunidades económicas para la clase media baja y especialmente para los más pobres con baja escolaridad y el déficit de oferta habitacional accesible para la clase media, media baja y pobre.

Buena parte de estos tres problemas se puede resolver implementando un plan tri-nacional o tetra-nacional para que un porcentaje de las remesas sirvan para financiar un mega plan de vivienda en los cuatro países que construya por más de un millón de unidades, exceptuando las ciudades que ya están superpobladas.

Este plan de vivienda para el Triángulo Norte y el Sur de México arrancaría con no menos de 3 mil millones de dólares generaría centenares de miles de empleos en el interior de los países ya que además del trabajo de la construcción, servicios e infraestructura se crearían miles de PYMES abastecedoras de este sector.

Se debe planear la creación de varias ciudades nuevas de más de 400,000 habitantes cada una. Es urgente resolver la sobrepoblación y el excesivo tráfico en las capitales de El Salvador, Honduras y Guatemala.

El plan de vivienda popular con remesas será exitoso solamente si se ofrece a quienes las envían las reducir su costo de transferencia a menos de 1%, si esta oferta está acompañada de un programa muy bien estructurado de crédito hipotecario en dólares a tasas inferiores al 2% para que los migrantes participen en la adquisición de vivienda en los países del Triángulo Norte y el Sur de México y si se utilizan materiales nacionales y contratistas locales para generar empleo masivo.

En paralelo, es indispensable crear y ejecutar un plan para que quienes gozan de ingresos y empleos estables (incluyendo los empleados públicos) también puedan beneficiarse de las bajas tasas de interés disponibles en el mercado internacional y puedan participar como compradores en el mega plan de vivienda y generación de empleo del Triángulo Norte y del sur de México.

Ni Nis una bomba de tiempo. Un serio problema en el Sur de México y en los países del Triángulo Norte es el crecimiento del grupo de Ni Nis, jóvenes que Ni estudian Ni trabajan. Se estima que estos pueden sumar más de 2 millones en los tres países del Triángulo Norte y en el Sur de México.

Este fenómeno social es una verdadera bomba de tiempo que requiere la atención urgente y conjunta de gobiernos y empresa privada, creando e implementando programas masivos de educación para el trabajo con remuneración, aunque esta sea simbólica (Modelos alemán y suizo).