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Café Joselinda, el nacimiento de una marca

  • 21 noviembre 2016 /

Joselinda Manueles es productora y tostadora artesanal de café. Miembro de la Cooperativa Comsa creada en 2001.

Tegucigalpa, Honduras.

Joselinda Manueles es una mujer que ha estado ligada a la actividad cafetalera desde hace dos décadas en las fincas familiares.

En ellas produce el grano que va a la cooperativa de café orgánico Marcala Comsa, a través de la cual exportan su producto al extranjero.

Antes no dejaban nada para el consumo interno, recuerda, pero hace tres años decidió incursionar en el proceso de tostado y comercialización del grano en el mercado nacional.

Así nació la marca de Café Joselinda, un café que están produciendo a 1,248 metros sobre el nivel del mar, bajo la denominación de origen Do Marcala, dijo la productora a D&N.

Para ello debió registrar su marca, y no solo eso, comenzó con los procesos para obtener los certificados de Denominación de Origen, de Pequeños Productores, de Café Orgánico, de Manos de Mujer “y ahora mismo estamos gestionando el de BioDinámica”.

El café Joselina cuenta con un informe nutricional “y ese no me lo inventé, no lo bajé de Internet, sino que mande mi muestra a El Zamorano y El Zamorano me lo certificó”.

Ha logrado también obtener los certificados para la exportación de su producto a Estados Unidos y Europa. “No tengo ningún problema para hacerlo (...). Yo tengo mi marca registrada, pago impuestos y todo”.

No ha sido fácil

Manueles dijo que todo el camino recorrido por ahora “no ha sido fácil”, ya que ha tenido que enfrentar varios obstáculos, como la falta de acceso a créditos y la poca de credibilidad de la banca y la gente a emprendimientos de este tipo “porque no es tan fácil que crean en nosotros los campesinos”.

“Soy una productora de café desde hace 20 años, mis inicios fueron con la siembra de café convencional utilizando fertilizante e insumos químicos porque no tenía conciencia que este tipo de productos no eran buenos para la salud”, reconoce.

En 1999 recibió la visita de técnicos de COMSA quienes le propusieron sembrar utilizando fertilizantes orgánicos y aseguraban que se mantenían los mismos niveles de producción, con mejores precios y sin efectos a la salud.

“Yo me caracterizo por ser una persona incrédula, necesita ver para creer y les pido que me aseguren que todo es real. Mi esposo toma la decisión e inicia el proceso de conversión de las dos fincas, pero con el cambio y a mala la calidad de nuestra tierra la producción bajo”.

La fe, la voluntad de mi marido y su perseverancia nos mantuvieron en la actividad.

A pesar de los obstáculos, la experiencia de participar en toda la cadena, desde el cultivo hasta la comercialización del grano, ha sido “muy buena, muy interesante (...).

Es una muestra más que los campesinos sí podemos hacer las cosas”.

“Nuestro café es netamente orgánico, no estamos contaminando nada. Nuestro proceso es completamente artesanal, nuestra máquina es artesanal, con madera que ya murió en la finca, y todo lo hacemos artesanalmente”.

El éxito lo resume así:“Tener arte, tener una pasión y tener deseos de hacerlo. Esa es la clave del éxito”