Caídas de hasta el 75% en las ventas, reducción y suspensión de personal, disminución en las operaciones, dificultades para adquirir bienes e insumos han sido algunos de los principales problemas que están teniendo las empresas en Centroamérica debido a la emergencia por el coronavirus.
Lo anterior lo reveló la Federación de Cámaras de Comercios del Istmo Centroamericano (Fecamco) después de realizar una encuesta a 1,079 empresas de la región, donde el 91.1% pertenecen a la micro, pequeña y mediana empresa (mipyme).
La encuesta identificó que el 47% de las compañías están operando parcialmente, y de ellas el 57% indicó que se encuentra funcionado por debajo del 40%. Además se observó que 4 de cada 10 empresas no están en operaciones en la región.
8.3
millones de empleos serán impactados por el COVID-19 en los países miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
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Además de las pérdidas económicas provocadas por el COVID-19, los cinco impactos más relevantes manifestados fueron: afectación en el flujo de caja, reducción de operaciones, suspensión de personal, problemas para adquirir bienes y la necesidad de reducir su personal.
La crisis ha provocado en promedio el recorte al 40% de los empleados y suspender a la mitad.
El 50% de los encuestados también señaló que sus países han implementado medidas de alivio y fiscal, pero de ellos el 40% dice que estas no han tenido efectos positivos.
10.5%
de las horas de trabajo en promedio se perderán en el segundo trimestre de 2020 en los países del SICA.
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De extenderse las disposiciones durante todo el mes de mayo en la región, las empresas manifestaron que se verán obligadas a reducir o suspender a más colaboradores de sus planillas.
Situación
Los empleos informales están caracterizados por inestabilidad laboral, bajos ingresos y nula protección social.
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En el caso de las mipymes detallaron que necesitarán de 7 meses a más de un año para recuperarse de las pérdidas económicas sufridas por la pandemia.
Sector informal. Las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el impacto del COVID-19 revelan que en América Latina y el Caribe hay una masiva pérdida de ingresos laborales entre las personas con empleo informal, lo cual puede causar un fuerte aumento en las tasas de pobreza relativa que afectará a casi la mitad de la fuerza de trabajo.
Comercios de electrodomésticos han cerrados su operaciones. Se espera que los niveles de pobreza aumenten en el país.
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El 90% de esos trabajadores informales están siendo severamente impactados por los efectos adversos generados en el empleo a causa de la pandemia COVID-19 y las medidas destinadas a enfrentar la emergencia sanitaria, destacó el informe de OIT. Esto equivale a 140 millones de personas, es decir 48% del empleo total.
“La crisis del COVID-19 puso al descubierto en forma dramática los problemas asociados a la informalidad en esta región”, dijo el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.
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Eso traerá como consecuencia un aumento de la tasa de pobreza relativa, que según las nuevas estimaciones de la OIT en esta región podría estar aumentando de 36%, en los trabajadores informales antes de la crisis de la COVID-19, a 90%, un incremento de 54 puntos porcentuales.
“Una de las caras más nefastas de esta pandemia es la de la desigualdad, porque afecta desproporcionalmente a los más pobres, a los que no pueden hacer teletrabajo, que dependen de empleos precarios en los sectores más afectados, y que con frecuencia tienen más limitaciones para cumplir con las medidas de confinamiento”, destacó Pinheiro. En muchos casos, se pide a trabajadores informales confinarse en hogares sobrepoblados sin condiciones sanitarias adecuadas.
La OIT señaló que será necesario reconstruir el mercado laboral al finalizar la crisis.