San Pedro Sula, Honduras.
Las tensiones entre China y Estados Unidos llegaron a su punto límite con el estallido de la guerra comercial, que implica imponerse nuevos y fuertes aranceles entre sí.
El gigante asiático respondió ayer a los aranceles comerciales de EEUU con unas medidas de similar cuantía, por valor de $34,000 millones, en un contraataque inmediato que cerró la primera jornada de la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas mundiales.
Analistas internacionales prevén que el choque de ambos bloques traerá más costos que beneficios para los consumidores y productores.
Entre ellos está previsto que los precios de los productos importados se reducirán, por la caída de la demanda mundial causada por la imposición de aranceles de parte de los Estados Unidos a las exportaciones de la UE, China, México, y Canadá
Los aranceles son impuestos aplicados a todos los bienes importados, por tanto, aumentan los costos y precios de los productos afectados.
Las tensiones entre China y Estados Unidos llegaron a su punto límite con el estallido de la guerra comercial, que implica imponerse nuevos y fuertes aranceles entre sí.
El gigante asiático respondió ayer a los aranceles comerciales de EEUU con unas medidas de similar cuantía, por valor de $34,000 millones, en un contraataque inmediato que cerró la primera jornada de la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas mundiales.
Analistas internacionales prevén que el choque de ambos bloques traerá más costos que beneficios para los consumidores y productores.
Entre ellos está previsto que los precios de los productos importados se reducirán, por la caída de la demanda mundial causada por la imposición de aranceles de parte de los Estados Unidos a las exportaciones de la UE, China, México, y Canadá
Los aranceles son impuestos aplicados a todos los bienes importados, por tanto, aumentan los costos y precios de los productos afectados.
Cuando economías pequeñas como la hondureña aumentan los aranceles, el impacto sobre los precios internacionales de esos productos es nulo debido a que su participación en la demanda mundial es insignificante.
En contraste, cuando economías grandes elevan los aranceles de productos importados, producen un aumento de los precios y la reducción de la demanda, factores que por el tamaño de estos mercados, impactan los precios mundiales de los artículos afectados.
Tras las críticas al anuncio de la subida a los aranceles del aluminio y el acero el 31 de mayo, el presidente Trump aseguró en un tuit que las guerras comerciales eran “buenas y fáciles de ganar”.
La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, respondió que “nadie gana” en una guerra comercial y vaticinó que un nuevo conflicto de este tipo dañaría el crecimiento económico global. “Alentamos a los países a trabajar juntos de manera constructiva para reducir barreras comerciales y resolver los desacuerdos”.
