La selección brasileña, ahora sin “absolutos” en la formación titular, se prepara para enfrentarse a un equipo de “francotiradores”, como define el técnico Carlos Alberto Parreira la propuesta que espera de Ghana en los octavos de final del Mundial.
Parreira proclamó a Ghana como “la más grande sorpresa de la Copa” y vaticinó que las “estrellas negras” dejaron atrás la “inocencia” e incorporaron la disciplina táctica a través de casi todos sus jugadores profesionales, que militan en clubes europeos.
Elogió el progreso del fútbol africano y recordó que su primer trabajo como seleccionador fue, precisamente con Ghana, de 1967 a 1968.
Parreira llegó al fútbol profesional a finales de los años 60 como preparador físico, cargo que ejerció en la selección que conquistó el Mundial de 1970.
Se lesiona Robinho
La vuelta a los entrenamientos de la selección brasileña ocasionó un susto a la comisión técnica debido a una lesión muscular que dejó en observación al delantero Robinho.
La lesión muscular del delantero del Real Madrid no le impedirá jugar el próximo martes, añadió el jefe del departamento médico.
El misterio adoptado por Parreira en relación con la formación titular que enfrentará a Ghana dejó a los jugadores sin palabras y con muchas dudas.
Robinho, Roberto Carlos, Cicinho y Gilberto Silva adoptaron un discurso parco en relación con el comportamiento del técnico, que hasta el segundo partido de Brasil anunciaba sin reservas su equipo.
La situación cambió antes del compromiso contra Japón cuando sólo horas antes optó por la salida de un equipo con cinco cambios.
Cafú, Roberto Carlos, Emerson, Zé Roberto y Adriano fueron sustituidos por Cicinho, Gilberto, Gilberto Silva, Juninho y Robinho.
El jugador que, al parecer, más sintió la modificación, fue el ariete Adriano, quien mostró cara de pocos amigos a los periodistas.