El delantero de la Selección de Argentina Leonel Messi no entrenó ayer por una congestión nasal, que sin embargo no compromete su presencia en el partido de mañana contra Alemania por los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010, informó una fuente oficial.
Messi acudió a la práctica con los demás seleccionados, pero el técnico Diego Armando Maradona decidió finalmente darle trabajo de gimnasio y reemplazarlo por el volante Javier Pastore, señaló fuente de la Asociación de Fútbol Argentino, AFA.
Sin embargo, el astro del Barcelona está disponible para el choque con el cuadro germano en Ciudad del Cabo, agregó.
Versiones no confirmadas en lo inmediato por la AFA indicaron que Messi tuvo fiebre y que debido a ello Maradona optó a última hora por marginarlo del entrenamiento.
El momento de la justicia llegará mañana para Leo Messi como protagonista del Argentina-Alemania, tras aquella triste imagen suya sentado en el banco de suplentes en el Mundial del 2006, en el día en que su equipo quedó eliminado.
“Seguramente con otro resultado no se estaría hablando de ese cambio, hacer entrar a Messi. Cada jugador tiene sus virtudes, pero nada asegura el resultado”, se justificó una vez el DT de aquel entonces, José Pekerman.
El gol de Roberto Ayala ilusionó aquel 30 de junio de 2006 en el estadio Olímpico de Berlín, pero empató Miroslav Klose, quien ahora vuelve a ser una fuerza de ataque amenazante para los sudamericanos.
Después se hizo difícil para Pekerman explicar lo inexplicable, cuando dejó afuera a un joven a punto de cumplir 19 años que se perfilaba como el delantero ideal para romper la defensa de Alemania que conservaba el 1-1 en pos de la tanda de penales en la que es infalible.
Ni siquiera un minuto jugó el ‘muchachito de la película’, el que había marcado un gol, el último contra Serbia y Montenegro, el día de la goleada 6-0, cuando además sirvió pases excelentes y se acopló al equipo, eso que tanto se criticó durante años, hasta este Mundial de Sudáfrica cuando el hechizo se rompió.
Una de las tantas imágenes imborrables en la historia de los mundiales será la del joven maravilla de Rosario, con los brazos cruzados, las piernas extendidas como para intentar relajarse y la mirada perdida, sin entender por qué no jugó ni un minuto contra los germanos.
“Quiero ser campeón, tengo a Messi”, ha dicho por lo contrario el DT argentino Diego Maradona, quien no sólo sostiene que será el mejor futbolista de la historia, sino que lo honró en un partido, contra Grecia con el brazalete de capitán.
“Sería un pecado no poner a Messi (...) Leo juega porque quiere jugar”, respondió Maradona cuando le preguntaron por qué no le daba descanso al delantero.
