Como monarca mundial y bicampeón continental, Ángel Di María le dijo adiós a la selección argentina con el título de la Copa América 2024. Como consecuencia, el primero de los héroes del Mundial de Qatar 2022 deja una silla vacía en la Scaloneta.
Durante la celebración en el Hard Rock Stadium de Miami, se dio un emotivo abrazo entre ‘El Fideo’ y el técnico Lionel Scaloni, quien tapándose la boca, le pidió a su estrella que continuará jugando para la escuadra argentina.
“¿Qué te dijo ahí cuando se abrazaban y se reían después del partido?”, le preguntó el periodista Gastón Edul a Di María y el zurdo confesó que su técnico le solicitó un partido más como jugador de la Albiceleste.
”El Fideo” no dudó en responder tras la petición de Scaloni: ““Me dijo,¿uno más?’... Para la gente, para la ovación y le dije lo que dije recién: le gané a Brasil en el Maracaná, gané todo. El bicampeonato acá. Creo que era la mejor forma como se terminó dando”, explicó.
“Prometí ir a verlos. Le mencioné que si quería venía, pero ya no para jugar”, agregó Di María, sugeriendo un posible regreso como parte del cuerpo técnico.
Di María jugó ante Colombia en Miami su último partido como albiceleste. El 145 de una campaña de 15 años y 10 meses con la selección absoluta en la que consiguió cuatro títulos: el Mundial de Catar 2022, las Copas América de Brasil 2021 y EEUU 2024 y la Finalissima 2022.
“El Fideo” es el del gol heroico ante Nigeria en Pekín-2008 que valió un oro olímpico. Es el del gol agónico a Suiza que abrió la puerta de los cuartos de final en el Mundial-2014. Es el del gol histórico a Brasil en el Maracaná en el 2021 con el que Argentina volvió a conquistar la Copa América.
Es el que anotó el segundo gol en el baile 3-0 que la Albiceleste le dio a Italia en Wembley en la Finalissima a mediados de 2022, una suerte de premonición de lo que iba a suceder en Catar.
Y así fue. Su gol cumbre llegó en el Mundial de 2022: el del 2-0 parcial a Francia, a los 36 minutos, en la inolvidable final en el fastuoso estadio Lusail, cuando culminó la mejor jugada colectiva de ese Mundial, la que a un toque involucró a Nahuel Molina, Alexis Mac Allister, Messi, Julián Álvarez, nuevamente Mac Allister, hasta terminar en su zurda bendita.