El entrenador nacido en Montevideo, Uruguay, llegó a Honduras en febrero pasado para tomar el mando de la Bicolor. El charrúa, quien había dirigido solo equipos y selecciones menores de su país, habló sobre sus gustos culinarios y pasatiempos favoritos.
Un hombre que a simple vista se observa tranquilo, respondió sin pena qué es lo único que lo hace enojar. Enamorado del clima de Tegucigalpa, aseguró que está encantado con el país y que tiene grandes objetivos con la Selección.
Recién logró la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima con la Sub-23 y respondió qué cambiaría en el mundo si tuviera una varita mágica. Conozcamos más sobre la vida del responsable de la escuadra catracha.
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Me siento muy bien, en particular en esta ciudad, Tegucigalpa. Anteriormente ya había estado cuando vine a jugar con el Olimpia y ahora que vuelvo a residir aquí, estoy muy cómodo, me gusta mucho el clima, me adapté de nuevo a la ciudad y en especial al país.
Sobre la afición de Honduras, ¿considera que es exigente?
Lo que pasa es que el hincha se mueve mucho o se expresa por los resultados. Cuando no se obtienen los resultados entendemos las molestias. Esto no es nada nuevo para mí, a los efectos de los entrenadores es relativo, pero para la afición determina los sentimientos.
¿Si tuviera una varita mágica, ¿qué cambiaría en el mundo? Que el fútbol profesional no pierda la esencia del juego. Siempre les digo a los jugadores que no pierdan el gusto por esto que empezaron a hacer desde niños, que lo sigan haciendo igual hasta que lo hagan tan bien, cuando cambia la perspectiva y comienzan a preocuparse más por el dinero que su formación, ahí se distorsionan. El fútbol es la empresa más grande del mundo que junta millones de personas y eso tienen un poder muy grande.
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En Uruguay durante el Mundial de Rusia 2018 trabajé en un canal y tuve mucho diálogo con los periodistas y pienso lo mismo que acá o en otra parte del mundo, que hay dos formas de comentar y observar algo, a través de una opinión puramente o a través del análisis. A mí me gusta más el análisis por ser entrenador. Muchas veces la opinión sale de lo que sientes en el momento o lo que la gente quiere escuchar. No tengo nada en particular con la prensa deportiva de acá, mientras no invadan mi espacio privado no hay problema.
Después de haber jugado anteriormente en el fútbol hondureño, ¿cómo lo compara con el actual?
Cuando hablamos del fútbol hondureño, hablamos de todo en general, no solo de los futbolistas. Considero que el fútbol de aquí tiene que evolucionar en muchos aspectos, en la consideración del futbolista, el respeto del profesional, en la formación, en las canchas, en el profesionalismo para la opinión y todo eso va a redundar en una mejora del fútbol hondureño. Lo que pasa es que ahora el fútbol ha evolucionado y la tecnología ha entrado, creo que en esos aspectos Honduras tiene que mejorar.
En San Pedro Sula varios jugadores se han quejado porque solo llama a los legionarios, también a los del Motagua y Olimpia, ¿por qué?
Se está trabajando en este tema. Quiero que sepan que no hay preferencias al escoger a los convocados, lo que pasa que es un procedimiento y uno va analizando cuál es el rendimiento de cada equipo.
¿Seguirá siendo el estadio Olímpico el fortín de la Selección?
Ha sido un poco la tradición en los últimos años, es un lugar que aparte nos permite a nosotros ver si lo dejamos puntualmente para la Selección.
No quiere decir que nadie más lo use, pero que los periodos que vienen para la Bicolor esté a la disposición total.
¿Qué lo llevó a aceptar dirigir a Honduras?
Que es un lindísimo desafío para un ser humano dirigir una selección nacional. Viví 12 años en la selección uruguaya y fue divino, pero busqué nuevos retos, que es Honduras. Ahora estoy con muchas cosas que hacer aquí.
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¿Qué considera que le dejará a Honduras estos amistosos con Puerto Rico y Chile?
Con cada amistoso que tenemos, nosotros perseguimos en cada convocatoria distintos objetivos, nuestra imagen, nuestro funcionamiento colectivo, nuestro equipo y lograr los resultados.
Después de haber obtenido la medalla de plata con la Sub-23 en los Juegos Panamericanos de Lima, ¿qué sensación le dejó este resultado?
De satisfacción por distintas razones. Una por la imagen de la Selección, posicionamos bien, logramos resultados deportivos y competir. También la formación y el crecimiento de estos futbolistas jóvenes que van a ser el futuro de la Selección Nacional que viven experiencias positivas, que se animen a competir de igual a igual contra otras selecciones del resto del mundo. Esa es la forma en que el futbolista crece, jugando y obtienen un buen nivel con exigencia.
¿Esta medalla era la que esperaba?
Cuando uno va a jugar un torneo, lógicamente es para terminar lo más arriba posible. Pero cuando nos distraemos con el objetivo final, el paso inmediato que hay que dar a veces nos sorprenden los resultados.
En septiembre se vienen los duelos contra Puerto Rico y Chile, luego en octubre ante Trinidad y Martinica. ¿Ya piensa en esos rivales?
Hemos visto a Trinidad en los partidos que tuvo en la Copa Oro y también hemos observado a Martinica, obviamente veremos los enfrentamientos entre ellos, veremos su fútbol y resultados.
Héctor Vargas, DT de Marathón, prácticamente menospreció el logro de la Sub-23 en los Juegos Panamericanos, ¿cómo toma ese comentario?
Yo lo respeto y la verdad que me gustaría que entre los entrenadores que formamos parte de un mismo fútbol, nos estimuláramos y nos alentáramos, que hubiera una buena crítica, que fuera un análisis de lo que hacemos.
A él lo respeto, es un entrenador de muchos años y no tengo nada que decir de esa opinión.
En Honduras, Chelato Uclés es una leyenda del fútbol, ¿ha considerado reunirse con él?
Por supuesto que sí, de la misma manera que he intentado tener reunión con los otros entrenadores, que son quienes mejor conocen a los futbolistas y qué mejor que ellos para hablarte del fútbol hondureño. Creo que la historia del fútbol de aquí hay que considerarla mucho y hay que respetarla.
Anecdota En Uruguay teníamos una actividad con mis amigos arriba de 45 años de edad, yo era el encargado de los balones y camisetas, pendiente de que no nos faltara nada. Ahora jugamos con los compañeros del cuerpo técnico, la pasamos muy bien.
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Siendo un hombre tan paciente, ¿qué logra enojarlo?
Las notas de mis hijos me hacen enojar (risas). En el fútbol a veces también, pero el entrenador debe transmitir tranquilidad, aunque a veces no sea la realidad. Creo que transmitir tranquilidad al momento de un partido es bueno para el futbolista, da confianza.
A veces confunden tranquilidad con pasividad y, bueno, quiero que no se confundan. Considero que el ser tranquilo es una buena arma para el entrenador.
¿Cuál es su recuerdo más feliz de su niñez?
La diferencia grande entre la infancia nuestra y la actual. Ese recuerdo que antes pasábamos en la calle, que nuestras madres nos tenían que llamar para entrar a casa a comer y ahora el niño está todo el día dentro de casa, con las actividades totalmente dirigidas.
Yo tengo un recuerdo muy grande de mi infancia, tengo amigos del fútbol desde que éramos niños y que hoy viven en otros países, que hemos sido del fútbol, pero nos hemos separado por temas geográficos. Uno de futbolista cambia de país y eso nos aleja de las actividades.