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Diego Vázquez, el rey midas del Motagua

  • 21 mayo 2019 /

11 torneos ha dirigido Diego al Motagua en los cuales ha clasificado en nueve ocasiones a la final.

Tegucigalpa, Honduras.

Diego Vázquez es amante de los asados y es un incipiente bailarín. Es también implacable a la hora de tomar decisiones. Es frontal y estudioso del fúbol. Diego es el técnico que le ha dado a Motagua la más larga estabilidad en la época moderna.

Hace cinco años, Motagua daba tumbos. Hasta se miró en apuros del descenso. Era un equipo inestable hasta que la directiva azul puso en el banquillo a la Barbie.

De la mano del argentino ha comenzado una época de oro, él es como el rey Midas. Su vuelo a la pelea por el título ha sido sostenido y permanente. El exportero ha guiado a nueve finales en los últimos 11 torneos al Motagua.

Esa es una cifra escalofriante y brutal. En la final del Clausura 2019 se prepara para enfrentarse y disputar el título al Olimpia de Manuel Keosseián.

¿Quién es Diego?

Allá por el año 1997 apareció en Honduras un portero de larga cabellera. Fue fichado por Motagua. Por cosas del destino, Diego también tuvo la oportunidad de formar parte de un gran equipo azul con el que ganó cuatro títulos de Liga Nacional.

Nadie imaginaba por aquel entonces que ese portero regresaría años después al nido para convertirlo en el equipo más dominante de la segunda década del milenio.

Además, jugó, aunque no con igual fortuna, en Marathón, en Universidad, Vida, Victoria, Valencia y Deportes Savio. En 2011, cuando jugaba para los toros copanecos, decidió colgar los tacos y comenzar a prepararse como entrenador.

Católico, pero de filosofía oriental

En una entrevista concedida a LA PRENSA confesó que sus padres fueron católicos y que por eso él se consideraba parte de esa religión, pero no era prácticamente activo.

“Me gusta mucho la cultura oriental, los zen, los budistas. Si tengo que leer, leo más la cultura oriental, su filosofía, más que la católica”, se confesaba ese día.

En esa misma ocasión demostró que le gustaba leer y no necesariamente textos relacionados con el fútbol “me gusta José Saramago (escritor portugués) y he leído todo sobre él, y Paulo Coelho”, dijo.

Además, como buen argentino es amante de los asados y de los vinos. Incluso importaba vinos de Argentina para Honduras.

Frontal e implacable

En su gestión con el Motagua nunca ha dejado duda de quién tiene el control en el equipo.
La disciplina parece que es innegociable para Diego y hay varios ejemplos que lo respaldan. Harold Fonseca, Eddie Hernández y Deiby Flores salieron del club por inconvenientes con el técnico, quien por cierto nunca ha dicho una palabra en contra de ellos.

En el torneo anterior se supo que hubo un incidente con el defensa Henry Figueroa y si bien pareció que hubo arreglo, lo cierto es que Vázquez prescindió del defensa para la final ante Olimpia (que ganaron 2-1) y en su lugar colocó al novel Denil Maldonado. Las reglas son innegociables para la Barbie y el plantel lo ha entendido, y quien no lo hace seguramente defenderá otros colores.

En la conversación con este diario, él revelaba una de las características que quizá lo hayan mantenido tan cerca del éxito todo este tiempo.

“Siempre fui muy frontal en decir las cosas, lo que quizá en algún momento me pudo haber traído alguna controversia; pero es mi personalidad y siempre fui de esa manera”. S

Sus planteamientos tácticos, dominados por un 4-4-2 o en ocasiones 4-4-1-1, son la pesadilla para los rivales que le temen al fútbol azul por los costados que los ha llevado al éxito y lo tiene cerca de otro título, el quinto en su cuenta personal y el 17 de Motagua.