Desde que Alex Ferguson dejó de entrenar en 2013 y abandonó la Premier League, el campeonato inglés ha buscado un monarca que reine en un caos de inestabilidad que ha traído tres campeones diferentes. Ahora, Pep Guardiola, con dos títulos consecutivos, aspira a ese cetro.
El entrenador español ha logrado lo que no hacía nadie desde Ferguson; ganar la Premier dos años seguidos.
Ni Antonio Conte ni José Mourinho, ambos con el Chelsea, ni Manuel Pellegrini, con el propio City, ni Claudio Ranieri, con el Leicester City, pudieron lograr lo que ya tiene Guardiola en su expediente.
Nadie revalidaba su entorchado desde 2009 y es que aunque Guardiola y el City fracasen en Europa, han construido el equipo más sólido para dominar Inglaterra.
Catorce triunfos seguidos para reducir y anular la ventaja de diez puntos que tuvieron los de Jürgen Klopp a finales de diciembre
Racha que se convierte en la segunda mejor de la Premier, solo por detrás de la que consiguió el propio City la temporada pasada, cuando amarró 17 encuentros seguidos ganados.
Guardiola llegó a Mánchester hace tres años para convertir al City en el mejor equipo de Inglaterra y tres campañas después se puede asegurar que lo es.
Pese a la primera temporada en blanco, la Copa de la Liga ganada en 2018 al Arsenal en Wembley marcó un camino inmaculado hacia la gloria, solo empañado por la eliminación ante el Wigan en la FA Cup.
Desde aquello, el City ha arrasado dentro de Inglaterrar. Triunfo en la Community Shield (Supercopa inglesa), revalidado el título de la Copa de la Liga, en la final de la FA Cup (18 de mayo) y segunda Premier League consecutiva.
Tras varios veranos recomponiendo el equipo y encajando poco a poco las piezas en el mecanismo a base de millones, el City ha logrado la escuadra perfecta para dominar en Inglaterra.
Después de la temporada de los 100 puntos, llegó la campaña de los 98. Cifras imposibles de rebatir para ser campeón. Ni siquiera el mejor Liverpool de los últimos años, el finalista de la Liga de Campeones, ha sido capaz de mejorar los resultados celestes.
Mientras tanto, la sensación que queda en la Premier League es que si Guardiola sigue en el banquillo del City, las ligas seguirán cayendo de su lado. Solo una catástrofe evitaría que la dinastía Guardiola siga creciendo en Inglaterra.
