Gatos que se robarán tu corazón

Conoce las historias de cuatro mininos que son famosos por sus extraordinarias hazañas.

No tienen la lealtad de un perro ni pretenden ser el mejor amigo del hombre. Los gatos son independientes y no se casan con nadie, aunque también son capaces de protagonizar historias de amor, heroísmo y solidaridad: Bob, Óscar, Homero o Dewey son un buen ejemplo de ello.

Es habitual encontrar en los medios historias de perros admirables, capaces de increíbles actos de abnegación y amor. Los felinos, sin embargo, parecen menos dados a sorprender al hombre, pero cuando lo hacen sus historias dan para libros enteros.

El último gato que ha robado el corazón de los lectores es Bob, un minino británico que abrió la puerta de la esperanza a James, un músico callejero en proceso de recuperación de las drogas quien no duda en asegurar que encontrar al gato le salvó la vida.

En los últimos años también han llenado las páginas de libros las sorprendentes historias de Óscar, el felino que 'sabe' antes que nadie cuando los ancianos de la residencia en la que vive están atravesando sus últimas horas; sin olvidar a Dewey y Homero, ya muertos pero que su labor, el uno como gato bibliotecario y el otro como ejemplo de superación, quedaron en letra impresa.

La última estrella felina protagonista de un libro se llama Bob y durante los primeros meses de su vida fue un gato callejero, hasta que hambriento y herido acabó en la escalera del apartamento de James Bowen, cuando el joven estaba en proceso de desengancharse de la heroína y sobrevivía como músico callejero.

Bob, el callejero
Corría 2007 y lo último que James necesitaba era tener alguien de quien cuidar pues apenas podía cuidar de sí mismo. Sin embargo, Bob era demasiado especial y los días fueron pasando hasta que hoy, ocho años después ya han escrito dos libros ('Un gato callejero llamado Bob' y 'La vida según Bob') y son absolutamente inseparables.

Foto: La Prensa



'Mi gato me salvó la vida, es la cosa más maravillosa que me ha pasado desde hace mucho tiempo', asegura Bowen en las numerosas entrevistas y multitudinarias firmas de libros, a las que siempre acude con ese gato de pelo rojo, ademanes tranquilos y mirada penetrante, que 'choca los cinco' con su amo cada vez que este le ofrece una chuchería gatuna.

Bob fue quien decidió seguir a Bowen mientras tocaba en las calles para ganarse el sustento para ambos y después mientras vendía una revista semanal 'The Big Issue', que distribuyen personas en riesgo de exclusión para encontrar una salida en sus vidas.

Ambos han pasado todo tipo de aventuras en las calles de Londres: divertidas, angustiosas, peligrosas, pero siempre juntos y Bowen reconoce que cuando empezó a salir por las calles con su gato dejó de ser 'invisible' para la gente, hasta que una mujer que solía verles ganándose la vida les propuso escribir un libro.

'Yo cuidé de él y él me ha pagado con tanto amor, cariño y una absoluta lealtad que nunca había visto antes en ningún animal y mucho menos en un gato', recuerda Bowen de sus inicios con Bob, que con su bufanda al cuello pasea por las calles desde la atalaya que le proporciona el hombro de su amo, a quien 'dio el apoyo y el amor' que necesitaba para salir definitivamente de las drogas.

Óscar, compasión y sensibilidad
Hay mininos que salvan vidas y otros que son capaces de acompañar a los humanos durante su último tránsito. Se llama Óscar, un gato blanco con manchas negras, y tiene una historia realmente sorprendente.

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Óscar vive en la residencia de ancianos Steere House de Providence (Estados Unidos), donde están ingresados los pacientes con enfermedades neurodegenerativas (como el alzheimer) en estado avanzado, y desde el primer momento tuvo un comportamiento que llamó poderosamente la atención de enfermeras, familiares de enfermos y del geriatra David Dosa.

El felino llegó a la fama en 2007 por un artículo en 'The New England Journal of Medicine', titulado 'Un día en la vida de Óscar el gato', en el que el Dosa daba cuenta de su comportamiento y que dio paso al libro 'De guardia con Óscar'.

Y es que un día en la vida de Óscar puede no tener nada que ver con el de un gato sin sus habilidades. Él es capaz de saber cuándo un anciano está por morir y desde ese momento monta guardia sobre su cama, hasta que se produce el fatal desenlace, dando así compañía y consuelo al enfermo y a sus familiares.
'Puede ser adorable, pero normalmente es distante y solitario', señala Dosa de Óscar, excepto si detecta un fallecimiento inminente.

Los familiares también muestran su agradecimiento al felino. 'Óscar se pasaba todo el rato en la habitación conmigo. Era como si supera que necesitaba su apoyo'. 'Óscar parecía saber cuándo era necesario y no pedía nada a cambio (...) era como si lo hiciera para consolarme. ¡Y funcionaba!', recuerdan algunas de las personas que hablaron con el doctor.

Dewey, el amante de los libros
El nombre de Dewey Readmore Books lo decía casi todo de él. Así le bautizaron en 1988 cuando siendo aún un cachorrito alguien le dejó abandonado, un frío día de invierno, en el buzón de devoluciones de la biblioteca de Spencer (EE.UU) y desde ese momento su destino estuvo marcado: se convirtió en uno de los gatos bibliotecarios más famosos del mundo.

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Y es que ser gato bibliotecario no parece ser una rareza, hay webs que cifran en varios cientos los felinos que en todo el mundo custodian de una manera u otra los libros y hace solo unos meses Kuzya fue nombrado asistente de bibliotecario en la localidad rusa de Novorossiysk.

Pero la historia de Dewey fue la que dio la vuelta al mundo, a través de dos libros e innumerables artículos de prensa y televisión, y la página web de la biblioteca de Spencer sigue teniéndole en portada como recuerdo de los 19 años que este gato naranja y atigrado vivió y durmió entre anaqueles y libros, siendo 'una presencia cariñosa en la biblioteca' donde su 'recuerdo sigue vivo'.

Homero, el valiente
Un gato ciego puede tener muy difícil encontrar un hogar humano, pero no fue el caso de Homero, que llenó la casa y la vida de Gwen Cooper a pesar de que con solo tres semanas de vida ya no tenía ojos debido a una enfermedad. Aunque muchos pensaron que el minino sería retraído y esquivo, el pequeño Homero se destapó como un terremoto de vitalidad, amor y lealtad, lo que llevó a su ama a escribir 'La odisea de Homero'.

El animal murió el año pasado tras 16 años de vida feliz, tal y como aseguraba Cooper, quien relata que Homero era un felino muy curioso, capaz de orientarse en casa, trepar y subirse a cualquier lugar. Pero sobre todo, Homero, a pesar de su ceguera, fue capaz de atacar y ahuyentar a un ladrón que se introdujo en la casa durante la noche mientras todos en casa dormían.

El día que Homero murió Cooper escribió que de su gato ciego había aprendido que 'incluso la más 'imperfecta' de las criaturas es capaz de amar con un amor perfecto y profundo. Todo lo que necesita es que alguien le de la oportunidad'.


Carmen Rodríguez.
Efe-Reportajes.