¿Santa Claus no dio el juguete deseado?, que no cunda el pánico

Expertos orientan a los padres sobre cómo actuar en caso de que su hijo se frustre por no recibir el regalo navideño deseado

  • 25 dic 2017

Desde que se instala el arbolito de navidad en casa, los niños se concentran en una sola misión: preparar la carta para encargar los juguetes que tanto anhelan. Sin embargo, cuando Santa Claus no trae lo que se les pidió, aparece en ellos la frustración.

Este sentimiento en los niños, si no es procesado adecuadamente, puede provocarles un desencantamiento de sí mismos e incidir en una baja autoestima, alerta Karina Beatriz Torres Maldonado, psicóloga.

“Cuando no llega ese regalo tan esperado, aparece en los niños el sentimiento de: ‘No me porté lo suficientemente bien’, es como desencantarse a sí mismos.

“Hay un impacto muy importante en la autoestima. Este momento representa para ellos una frustración y un dolor, ellos entran en un duelo por no haber recibido aquello que deseaban”, comparte.

A nivel social, advierte la especialista, también hay un impacto muy importante porque los niños se comunican entre ellos acerca de los juguetes que les trajo Santa o los Reyes Magos y es doloroso que tengan que reconocer que no llegó el regalo esperado mientras que otros pequeños sí lo recibieron.

Para evitar que la frustración empañe la magia de las fiestas decembrinas, Torres Maldonado recomienda que los papás se interesen por conocer los deseos de sus hijos, de tal manera que sepan con precisión qué juguete desean, para qué lo quieren tener, si es o no recomendable para su edad y qué implicaciones representará adquirirlo.

Es importante, subraya, que los papás no pierdan de vista la función que tienen los juguetes en el desarrollo de sus hijos al favorecer el desarrollo de habilidades como mejorar la memoria de corto y largo plazo, plantear estrategias de resolución de conflictos, reforzar habilidades motrices, socialización, seguimiento de reglas e instrucciones.

También estimula que los pequeños se proyecten en escenarios futuros. “Abonamos mucho a la felicidad de los niños dándoles lo que ellos quieren, lo que ellos necesitan para su desarrollo. Los niños siempre van a tener un juguete más neutral para pedir, esos juguetes son los que tienen que llegar”, añade.

Cuando Santa Claus no deja bajo el árbol el regalo que los niños añoran, afirma José Alfredo Ramiro Vargas, psicólogo, también experimentan sensaciones de ansiedad, tristeza, culpa y suelen sentirse inferiores. Por ello, subraya, es importante que los papás preparen a sus hijos respecto al juguete que quizá no recibirán. Una forma sencilla de ayudarles a superar el duelo del juguete deseado que no llegó, comparte, es dialogando con ellos acerca de su propia experiencia cuando eran niños.

“Los papás pueden contarles a sus hijos que quizá alguna vez también les pasó lo mismo. Quizá añoraban tener un juguete y los Reyes Magos nunca le cumplieron pero le dejaron un regalo que terminó divirtiéndolos mucho. Estas anécdotas tienen un efecto muy importante en los niños porque les ayuda a asimilar la situación.

“También pueden mostrarles a los niños imágenes de los juguetes de otras etnias porque al ver que otros niños no reciben el juguete que anhelan, les permite concientizarse de que no son los únicos que atraviesan por esta desilusión, los niños también tienden a sensibilizarse a través de películas”, explica Vargas.

El académico destaca que los juguetes no llenan vacíos ni compensan el tiempo que los niños pasando solos en ausencia de los papás.

Lo ideal, asegura, es establecer estrategias para ofrecer tiempo de calidad a los pequeños.

“A veces, aunque no llegue Santa Claus, los papás les compran y compran juguetes a sus hijos para compensar que ellos están la mayor parte del día fuera de casa, pero lo que está pasando es que esos niños se vuelven muy materialistas.

“Lo que deben hacer los papás es dedicarles más tiempo a los niños para que existan lazos de empatía y que esa figura materna o paterna sea respetada”, añade Vargas. Los juguetes, coinciden los especialistas, siempre serán el recurso ideal para fomentar el juego en los niños, una actividad vital para el aprendizaje.




Sin decepción
Si Santa o los Reyes no traen el juguete que tu hijo desea, ayúdale a superar la frustración:
*Pon atención a los deseos de los niños.

*Provoca la reflexión acerca de lo que implica para Santa o los Reyes el traer ese juguete.

*Analicen juntos qué tan apropiado es ese juguete para su edad o qué tan riesgoso puede resultar si no le da el manejo correcto.

*Inspira a tu hijo para que pida juguetes que le permiten socializar.

*Cuéntale a tus hijos algunas anécdotas de cuando tampoco te cumplieron a ti.

*Los juguetes no reemplazan el tiempo de calidad que requieren los pequeños para crear vínculos y fortalecer su autoestima.

*Dediquen una tarde a ver películas que ayuden a concientizar sobre que cualquier juguete que dejen Santa o los Reyes, será el indicado para pasar momentos muy divertidos.

*Asesora a tu hijo para que incluya una opción 'B' accesible, en la cartita.

*Los juguetes son una inversión de vida porque para los niños representan el juego, la magia y les permiten saberse queridos.

Fuentes: Karina Beatriz Torres Maldonado, psicóloga y profesora de tiempo completo en la Facultad de Psicología de la UNAM y José Alfredo Ramiro Vargas, licenciado en pedagogía y académico de la UNAM.