La multinacional y referente en el mundo de la cosmética, Revlon, se declaró este jueves en bancarrota, aduciendo “problemas de liquidez”, causados por la creciente inflación que ha sufrido el mundo en los últimos años, las constantes trabas en la cadena mundial de suministros y las obligaciones con sus acreedores.
El pasado 31 de marzo, la cadena CNBC (canal de televisión estadounidense por suscripción), la empresa tenía una deuda a largo plazo de 3.310 millones de dólares, mientras que su capitalización de mercado era de 123 millones de dólares al cierre de la bolsa de Wall Street ayer miércoles.
Las acciones cayeron un 4,44 % en su última cotización, por lo cual tuvo que paralizar las operaciones, todo esto previo a la apertura del mercado bursátil. La importancia de declararse en bancarrota le permitirá a Revlon la continuidad de todas sus operaciones mientras trata de “reorganizar su estructura de capital y mejorar sus perspectivas a largo plazo”.
Si la corte de bancarrotas aprueba la declaración, Revlon espera recibir una financiación de 575 millones como deudor en posesión (“DIP”), lo que le va a permitir apoyar sus operaciones corrientes, ya que, según mantiene, todavía goza de “un fuerte apoyo de los acreedores” de la compañía.
Debra Perelman, CEO de Revlon, subrayó en su comunicado que la compañía se compromete firmemente en que su restructuración sea lo más fluida posible para sus accionistas, trabajadores, vendedores y clientes.
La compañía es una de las más importantes en el área de la cosmética, especialmente en productos para el cabello, presente en 150 países. Nació en 1932. Brinda empleo a más de 6 mil personas. Además, es propietaria de marcas icónicas como Elizabeth Arden, Mitchum y Cutex, incluyendo algunas asociadas a artistas como Christina Aguilera y Britney Spears.
EFE