Empezar por proponerse metas para hacer cambios del día a día es una de las mejores formas para dar pequeños pasos, que con el tiempo se pueden convertir en zanjadas, indica María del Rocío de Velasco, coordinadora académica del Departamento de Educación Continua de la Escuela de Administración de Instituciones, de la Universidad Panamericana en México.
'Con los pequeños logros se pueden alcanzar, posteriormente, grandes proyectos. Son esfuerzos mínimos que motivan. Por ejemplo, pueden plantearse: 'esta semana no comeré pan dulce, todos los días saldré a caminar y leeré la página de un libro''.
De Velasco indica que está bien proponerse grandes proyectos cuando está a punto de finalizar y empezar un año, pero lo ideal es plantearse objetivos día tras día, pues si por alguna razón fallan o no se habían planteado adecuadamente se experimenta frustración.
'Muchos de los proyectos que se establecen al calor de las copas y entre uva y uva se olvidan en febrero, las personas tiran la toalla y esto provoca nostalgia y derrotismo', indica.
Así que lo mejor es reflexionar cómo se vivió cada día, semana o mes y qué se quiere lograr en los próximos.
'Si reflexionar se hace hábito, en lugar de hacerse propósitos cada 31 de diciembre, se harán los 365 días del año', asegura.
Otra recomendación de la especialista es no centrar las metas en un sólo ámbito. 'Tienen que ser integrales y reflexionar sobre lo familiar, social, laboral, intelectual, espiritual'.
Lo recomendable es hacer una reflexión todos los días, por lo menos cinco minutos. 'Esto se puede hacer mientras se toma un baño, el desayuno o cada vez que el semáforo se pone en rojo'.
