Cuándo es tiempo de descartar los alimentos

Ponga atención a la fecha de caducidad de sus productos y a ciertos rasgos de deterioro que indican que su consumo ya no es seguro

  • 27 jul 2020

Ahora que escombramos alacenas y compramos más alimentos para cocinar en casa es conveniente conocer las diferencias entre “fecha de caducidad” y “consumo preferente”.
Ingerir alimentos que han superado su caducidad representa un riesgo para la salud. No importa que a simple vista parezcan seguros, muchos desarrollan esporas y bacterias que provocan infecciones e intoxicaciones.

El consumo preferente significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero sigue siendo seguro para el consumo después de esta.

Según el profesor de microbiología Javier de la Cruz, pescados y mariscos, carne fresca, jamón, salchichas y carnes frías encabezan la lista de productos que, caducos, representan un gran riesgo para la salud. Lavar bajo el chorro de agua una rebanada de jamón viscosa o dorar en una sartén esa salchicha con lama no minimiza el riesgo que representan para su salud.

“La leche tiene una fecha de caducidad clara, definida por pasteurización y empaque: una semana en vidrio o plástico y hasta seis meses en envase de larga vida”, señala el docente.
Frutas, hortalizas, carnes, pescados, panes y todo tipo de alimentos frescos no cuentan con una fecha de caducidad impresa y deben examinarse minuciosamente, con vista, tacto y olfato, antes de consumirlos.

¡Deséchelos!


- PESCADOS Y MARISCOS. Con ojos opacos, escamas que se desprenden, concha abierta, coloración extraña, olor desagradable.
Riesgo: enfermedades gastrointestinales, intoxicaciones, vómito, diarrea, fiebre.

- CARNE FRESCA. Con coloración verde o marrón, olor putrefacto o textura babosa.
Riesgo: enfermedades gastrointestinales, intoxicaciones, vómito, diarrea, fiebre.

- JAMÓN, SALCHICHAS Y CARNES FRÍAS. Con coloración extraña, hongos, olor desagradable o textura babosa.
Riesgo: enfermedades gastrointestinales, vómito, diarrea o infecciones graves.

- ENLATADOS. Con abombamientos, golpes, desprendimiento de gas al abrir, o más de tres años de haber permanecido en la alacena.
Riesgo: intoxicaciones bacterianas

- HUEVO. Con excremento, plumas o sangre. Piezas que floten en un vaso con agua.
Riesgo: infecciones por bacterias, principalmente salmonella.

- LECHE Y CREMA DE LECHE. Con color amarillento o verdoso, olor y sabor agrio, sólidos y cuajos no propios.
Riesgo: enfermedades gastrointestinales, vómito, diarrea o infecciones graves.

- QUESO. Con hongos no propios, coloración verde o marrón, olor desagradable o textura babosa.
Riesgo: diarrea, infecciones pasajeras e incluso graves.

- NUECES. Con coloraciones verdosas, cubiertas de hongos, polvo o tierra.
Riesgo: intoxicación

- PAN DE CAJA. Con hongos, coloración extraña, rastro de humedad u olor desagradable.
Riesgo: en niños puede provocar infección bucal; en personas mayores, infecciones leves.

- TORTILLAS. Con presencia de hongos, alga pegajosa, piezas con olor y sabor agrio.
Riesgo: en niños pueden provocar infección bucal; en personas mayores, infecciones leves.

- FRUTAS Y VERDURAS. Con hongos, reblandecimiento, marchitamiento excesivo o moscas de fruta.
Riesgo: dolor abdominal, diarrea e infecciones o intoxicaciones pasajeras.