Rompa el ‘hielo’ con el adolescente

Aprender a escuchar a los hijos es fundamental en esta fase de vida. Otra recomendación para los padres es ser menos permisivos

  • 16 feb 2018

Iniciar el diálogo con un adolescente puede ser complicado, pero no se den por vencidos. Consideren que mantener una buena comunicación con su hijo (a) es una de las medidas claves para prevenir conductas de riesgo como el consumo de drogas.

Este hábito nocivo es multifactorial, pero una educación autoritaria o sin límites y la falta de comunicación entre padres e hijos son factores determinantes, señala Guillermina Mejía, directora de la organización civil Adolescentes de México.

“Una forma de iniciar el diálogo con ellos es la siguiente: ‘Fíjate que estoy enojada porque mi jefa llegó de malas y todo empezó mal, y no me había dado cuenta de que cuando alguien está de malas como que te contamina’.

En ese momento, el adolescente seguramente se va a soltar diciendo: ‘La de matemáticas llegó de malas y quería decirte que me reprobó, pero es porque estaba de malas’”.

“El papá debe investigar qué sucedió, pues la mejor herramienta es indagar y preguntar: ¿por qué crees que sucedió, cómo te sientes con eso, tienes algún malestar físico? De esa forma, los padres pueden saber qué está pensando con su hijo, qué están sintiendo y cómo les está afectando físicamente”, detalla.

Eso sí, la especialista recomienda no caer en el error de hacer interrogatorios interminables. Los papás también pueden comunicarse con sus hijos adolescentes expresándoles sus miedos, aconseja.

“Decirle: ‘hija, tengo miedo de que te vayas con esa microfalda o con ese escote a la fiesta porque creo que se puede malinterpretar. Dime cómo puedo estar segura de que sabes cuidarte’”.

El problema es que muchos papás no escuchan a sus hijos, advierte. Los autoritarios solo dan órdenes y los que son demasiado permisivos no hablan y dejan pasar de largo situaciones inadecuadas, así que educar con autoritarismo o ser demasiado permisivo es un error.

Lo ideal es educarlos amorosamente, pero con límites. De hecho, cuando los padres descubren que su hijo consume drogas lo último que hacen es sentarse a escuchar lo que está sucediendo y cuál es la motivación del consumo de drogas.

“Escuchar significa me pongo en los zapatos del otro”. Si los padres descubren que sus hijos consumen drogas recomienda acudir a terapia con ellos, y si son adictos, llevarlos a centros especializados de atención.

Por otra parte, el psiquiatra Jorge Ameth Villatoro considera que en muchas ocasiones los papás no se comunican con sus hijos por “falta” de tiempo. “Es muy importante que sepan que tienen que destinar tiempo a sus hijos para conversar con ellos, para jugar con ellos”, advierte.

El experto alerta que el consumo de drogas entre los adolescentes así se duplicó en los últimos cinco años y la ingesta diaria de alcohol creció 8 veces en esta población.

La curiosidad y los conflictos en casa o escuela también son detonantes. Otra problema es el consumo de drogas legales entre los adultos, como alcohol y tabaco, y se da un ejemplo inadecuado.

Para el especialista, el crecimiento en el consumo de drogas entre adolescentes se debe a la falta de campañas preventivas, a que los jóvenes experimentan una baja percepción de riesgo, especialmente de la marihuana, y a la disponibilidad de drogas que existe afuera de los entornos escolares, lamenta.

Expertos recomiendan no hacer interrogatorios interminables, tampoco formular juicios sin indagar.


Estén atentos
Algunos síntomas de que los hijos consumen drogas son
- Ausentismo escolar.
- Robo de dinero u objetos de valor a padres u otros familiares.
- Aislamiento.

Consideren
Para replantear la forma en que se comunican.
- Las peleas irracionales y los castigos desproporcionados provocan que se limite la confianza mutua.
- Apuesten por un diálogo reflexivo: lo ideal es escucharle y negociar.
- Antes de regañar y castigar a los hijos permítales expresarse.
- Lleguen a acuerdos y déjenle claro que lo quieren, pero que es necesario fijar límites, asumir responsabilidades y las consecuencias de sus actos.

Disciplinar es lo más importante
Un niño que se siente querido va a estar dispuesto a enfrentar las dificultades que se le presenten con calidez y suavidad. ¿Cómo lo podemos hacer sentir querido? Preguntándole, interesándonos por lo que le gusta, jugando y teniendo actividades. No son los regalos ni las actividades espectaculares, sino esa conexión cotidiana.
Teresa García, psicoterapeuta de niños y adolescentes, los niños necesitan límites y reglas que detengan las conductas inapropiadas, pero no con base en el castigo, sino del diálogo.
Ella aboga por una verdadera negociación, haciéndolos partícipes de ciertas decisiones que los hagan sentir importantes.