“Conviene retapizar un mueble en mal estado porque se cambia todo, se amarra el resorte, se sustituyen el hule espuma y la tela, y queda como nuevo”, explicó David Acosta, tapicero. En ocasiones se puede aprovechar el retapizado para modificar la estructura del mueble, de acuerdo con las necesidades del cliente.
Una de las ventajas de este proceso es la libertad que ofrece a los usuarios en cuanto a la elección de textura y color, facilitando que los muebles se adapten a estilos completamente distintos. Esto, debido a que no hay limitantes en cuanto a la tela que se puede usar: se puede cambiar de algodón a poliéster o incluso a piel sin afectarla. Las piezas antiguas cuentan con una ventaja.
La madera puede estar ya vieja y desgastada, pero los muebles están mejor armados que los de ahora. Son de un material que sólo se cambia cuando está apolillado.
El textil elegido para tapizar, así como el estado del mueble y la cantidad de material necesario condicionará el costo del proceso.
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