México.
Diecisiete años después de perder contacto con su familia, un inmigrante hondureño se reencontró el fin de semana en México con su hermana, quien llegó en una caravana de madres centroamericanas que busca a indocumentados desaparecidos, constató la AFP.
Oswaldo Guerra (47), originario de Comayagua, se reencontró con su hermana Leonila en un parque de Coatzacoalcos, Veracruz, un emotivo encuentro marcado por la ausencia de la madre de ambos, quien falleció tras caer enferma en medio de la angustia que le provocó dejar de saber de su hijo.
Leonila (52) es una de las 40 personas que llegaron a México el 20 de noviembre en la Caravana Puentes de Esperanza, que cada año desde 2004 recorre hospitales, albergues de indocumentados y cárceles ubicados en las rutas de los inmigrantes, acechadas por narcotraficantes que los asaltan, secuestran y asesinan, en muchos casos en colusión con autoridades.
La ONG Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM) -que organiza la marcha- asegura que en México hay hasta “150,000 (migrantes) muertos o desaparecidos”. A raíz de las 10 caravanas que se han llevado a cabo con madres de indocumentados de Honduras, El Salvador, y Guatemala se han efectuado unos 200 encuentros como el Oswaldo y Leonila.
Oswaldo Guerra explicó que al ingresar a México hace 17 años consiguió trabajo en Chiapas, donde por algún problema perdió sus documentos. Después, con dificultades económicas llegó al estado de Veracruz, ahí se casó y vive de trabajos en construcciones, uno de los peor pagados en este país.
Los padres de estos hermanos murieron antes de poder darle un abrazo. Leonila piensa que murieron con la tristeza de no volver a ver al hijo desaparecido.
En medio del tumulto, los hermanos caminaron juntos, con cierta incomodidad declararon estar felices. Caminaron y se alejaron. Ellos ahora tienen que repasar sus vidas; mientras el resto de la caravana continúa su camino por Veracruz, entidad que forma parte de la ruta migrante en el tren conocido como la “Bestia”. La caravana Puentes de Esperanza regresará el 7 de diciembre.
Pero no todos pierden contacto con sus familiares obligados por la pobreza.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos documentó en dos períodos de seis meses entre 2009 y 2011 que al menos 20,000 migrantes fueron secuestrados.
