San Pedro Sula, Honduras.
La apreciada dama Leyla Faraj de Chahín arribó a un año más de vida y por ello fue agasajada con una celebración de mañanita entre sus entrañables relaciones sociales.
La cumpleañera recibió desde muy temprano esas esperadas muestras de cariño de su esposo William Chahín y sus hijos, quienes le desearon lo mejor en su aniversario natal.
Compartió el ameno festejo con un selecto grupo de invitadas en la terraza del hotel Real Intercontinental, donde le cantaron las tradicionales Las Mañanitas y brindaron por su vida y sus éxitos.
Emociones
El encuentro permitió dar gracias a Dios por la vida de una gran madre, esposa y amiga que con su carisma y personalidad agradeció a sus invitadas por la presencia y por compartir con ella su natalicio.
Abundantes arreglos de flores primaverales imperaron en la estancia donde la fresca mañana enmarcó el entusiasmo de las congregadas.
La celebración continuó en medio de amenas charlas y en un ambiente de fraternidad que disfrutaron las amistades de Leyla, quienes no dejaron de consentirla. Ella desbordó emoción por un año más luciendo, como siempre, elegante.
La apreciada dama Leyla Faraj de Chahín arribó a un año más de vida y por ello fue agasajada con una celebración de mañanita entre sus entrañables relaciones sociales.
La cumpleañera recibió desde muy temprano esas esperadas muestras de cariño de su esposo William Chahín y sus hijos, quienes le desearon lo mejor en su aniversario natal.
Compartió el ameno festejo con un selecto grupo de invitadas en la terraza del hotel Real Intercontinental, donde le cantaron las tradicionales Las Mañanitas y brindaron por su vida y sus éxitos.
Emociones
El encuentro permitió dar gracias a Dios por la vida de una gran madre, esposa y amiga que con su carisma y personalidad agradeció a sus invitadas por la presencia y por compartir con ella su natalicio.
Abundantes arreglos de flores primaverales imperaron en la estancia donde la fresca mañana enmarcó el entusiasmo de las congregadas.
La celebración continuó en medio de amenas charlas y en un ambiente de fraternidad que disfrutaron las amistades de Leyla, quienes no dejaron de consentirla. Ella desbordó emoción por un año más luciendo, como siempre, elegante.