Un piña cultivada en estiércol de caballo, con métodos victorianos de jardinería, acaba de batir el récord como la fruta más cara de Inglaterra y del mundo.
Quien quiera llevársela para preparar un postre, rebanarla y colocarla en una pizza, o simplemente comerla sola, deberá desembolsar unas 10 mil libras esterlinas (poco más de 16 mil dólares).
Esta piña de lujo fue cosechada en una granja inglesa en tierra abonada con 30 toneladas de bosta y regada con orina de caballo. Los granjeros explicaron que el alto precio del ananá se debe a varios factores, pero principalmente porque salió de un tamaño más grande de lo normal y porque abonar la tierra con tantos desechos de animales no es nada barato.
“El abono y la orina hacen la tierra más fértil y propicia para el crecimiento saludable de estas plantas”, comentó James Stephens, vocero de los jardineros que cuidaron la piña desde el inicio.
Además justificó el valor diciendo que lleva al menos dos años de intensos cuidados y constante riego para cosechar solo una piña.
