Confieso que nunca me ha gustado elogiar o escribir sobre la diseñadora venezolana Carolina Herrera. Jamás la había considerado un talento del diseño, porque en este mundo el “marketing” te da fama, posición y un cierto poder ante todos, aunque tú no lo merezcas.
Pero después de ver al periodista Ismael Cala entrevistándola para su programa en CNN en una franca charla que data de marzo 2012 y repetida casi al finalizar el año pasado, me tomé el tiempo de analizarla y reconsiderar lo que por muchos años creí de ella.
Cala la llamó “la primera dama de la moda”. Merecido título para esta venezolana que me sorprendió con su naturalidad y franqueza al definir que “la moda es un misterio. Nadie sabe que es. Es divertida, necesaria, tiene que ser frívola pero es para todos los días”.
Además considera que la gente “se viste todos los días. La moda no es una cosa que pasa. Es todos los días. Los hombres a veces no entienden la moda, pero cuando escogen el color de corbata o que camisa se van a poner, ya están participando de la moda”, definió.
Sorprendente
Tiene 74 años que los cumplió el 8 de enero. “Yo no me quito la edad”, dice. Simplemente se ve fabulosa. Aunque para la entrevista vestía tonos oscuros, siempre luce impecable camisa blanca que se ha convertido en el uniforme de elegancia y femineidad que la hace lucir espléndida.
Carolina Herrera además me sedujo con su naturalidad, aunque sin duda ha de tener una que otra cirugía plástica en el rostro. Los años no pasan en vano.
Me encantó que odia la mentira. “Me parece horrible. La gente debe mentir solo por educación. Siempre sale la mentira. Es absurdo. La gente que miente debe tener una memoria fantástica”, confiesa, pero en ese momento Ismael la contradice y le manifiesta que ella al inicio de la entrevista afirmó tener buena memoria, pero ella aclara que su memoria es fotográfica y no la usa para mentir.
Otra de las curiosidades que descubrí indagando sobre Carolina Herrera fue que su nombre real es María Carolina Josefina Pacanins y Niño y que el apellido Herrera, simplemente es un “préstamo” por el negocio de la moda que le ha hecho su esposo Reinaldo Herrera, un marquez a quien se le retiró este título nobiliario.
Fue marquesa consorte por 17 años, de los 43 que lleva casada en este segundo matrimonio y dijo que tener este grado de nobleza “no se siente nada y no pasó nada cuando lo retiraron. Nunca me creí nada porque la sangre azul no existe”.
La marca CH
A veces creí que su simplicidad era por falta de talento, pero sinceramente me agradó saber que su estilo “no es estrafalario pero hay que saber combinar la realidad y la fantasía en las colecciones”. Hoy me doy cuenta que su éxito es por eso. Menos es más.
Presenta cuatro colecciones pret-a-porté y dos de novias cada año sólo en Nueva York.
La empresa Carolina Herrera ha ganado mucho prestigio mundial, aunque no exhiba sus diseños en Europa. Fue curioso escucharla decir que en los negocios no siempre debe estar involucrada la familia, y tiene toda la razón.
En la compañía hay gente experta y capaz que maneja mucho de lo que los “fashionistas” y clientes ven de la marca, afirmó. La diseñadora, aunque es el centro de todo, no abarca tanto, pero si supervisa.
“Yo soy la parte creativa. Lo adoro. Es pasión. Estoy llena de curiosidad. Mi hija Carolina trabaja en la parte de perfumes y Patricia, en la parte de diseño. “Ellas no mienten. Si hay algo que no está funcionando, ellas son sinceras y me lo dicen. Mis otras dos hijas no demostraron ningún interés por la marca y hacen otras cosas”.
Arcaica y anti redes sociales
Otra confesión que me asombró fue escucharla decir que “soy pasada de moda. Creo que me quedé en el siglo XVIII. El Twitter y el Facebook será de mi compañía pero no mío personal. Yo creo que el Facebook es una falta de privacidad tan grande y lo mismo en Twitter. Lo máximo que tengo es un Blackberry pasadísimo de moda para comunicarme con mis hijas y nietos”.
Y como en toda entrevista con la gran Carolina Herrera no puede faltar saber cual es el secreto para el éxito en la mujer, ella confirmó que es la perseverancia. “Las mujeres estamos en este momento con mucha fortaleza, pero no hay que olvidarnos en ser femeninas. Somos respetadas. Hay tiempo para todo. Las mujeres tenemos la habilidad para hacer muchas cosas a la vez, pero ningún hombre entiende eso”.
Después de una hora interesantísima de conservación entre Carolina e Ismael, definitivamente la espontaneidad de la venezolana me ha conquistado en todo aspecto. Ella es adorable y una real artista.
