Primero fue Adele y su ofensivo comentario sobre su figura -'está un poco gorda, pero tiene una cara y una voz preciosas'-, después llego el turno de Pippa Middleton -'No me gusta la cara de la hermana, debería enseñar sólo su parte trasera'- y ahora ha sido el momento de Michelle Obama escribió ABC.
Lo cierto es que el notable cambio de peinado de la inquilina de la Casa Blanca se convirtió en uno de los temas más comentados y analizados durante y después de la investidura de Barack Obama. Y, aunque la opinión general y, la más importante, la de su marido, parecía ser favorable al cambio, seducir a una eminencia de la moda como Lagerfeld se ha convertido en misión imposible.
El presidente dijo que adora el flequillo de su esposa. 'Luce hermosa, siempre luce hermosa'.