La historia que contó Sarah Burton en la pasarela sobre el memorable diseñador Alexander McQueen partía más de la costura que del pret-a-porter y sus protagonistas eran mujeres enigmáticas, con el rostro cubierto con encajes, vestidas con suntuosos tejidos, marcando cintura, como salidas de una fábula, entre el sueño y el drama.
La vida es puro teatro para Sarah Burton. La heredera del genial legado del “enfant terrible” presentó una colección misteriosa y delicada para la próxima primavera verano 2012. Inspirado en el mar, las nuevas propuestas de la creadora británica se caracterizan por presentar un trabajo artesanal muy preciso en el que se juega con los tejidos, mezclándolos de tal forma que crean volúmenes muy llamativos. El encaje y los volantes sirven de hilo conductor para esta pasarela.
Llamó la atención un largo vestido negro, incrustado con tejidos transparentes, presentado por una modelo con el rostro cubierto de escamas negras y blancas, y las modelos en trajes blanco y plata, con aspecto de guerreras.
Aplauso
Esta es la tercera colección que presenta en la Semana de la Moda de París la prestigiosa creadora, quien perpetúa la marca del talentoso y extravagante diseñador, el que se suicidó en febrero del año pasado.
Hace ya un par de temporadas, Burton demostró que es la perfecta heredera de la firma y que, más allá de mantener vivo el espíritu del malogrado diseñador, tiene mucho que contar.
Sobre la pasarela se admiró una extensa colección de vestidos de encajes y plisados, cuerpos como armaduras “deluxe”, grandes volúmenes, acabados exquisitos, un patronaje muy complejo y grandes dosis de fantasía en colores crema, gris y oro, muy ceñidos en la cintura para darle mayor impresionismo a la estampa femenina.
