El matrimonio de Zelmyra y Herbert Fisher trascendió la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, los conflictos de Vietnam y Corea, además de ver sucederse a 15 presidentes.
En 2008 fueron reconocidos con el récord Guinness a la pareja viviente más longeva del mundo. Herbert murió a los 105 años de edad en 2011, y su mujer lo seguiría tras sobrevivirle un par de años.
Sin embargo, por fortuna dejaron algunas lecciones para las millones de parejas que, sanamente, acostumbran cuestionar su existencia compartida.
En 2010, para celebrar el día de San Valentín, la pareja respondió, vía su cuenta de Twitter, a las preguntas de usuarios. A continuación, algunas de estas respuestas:
¿Qué hizo que se dieran cuenta que pasarían el resto de sus vidas juntos? Cada día que pasaba, la relación era más sólida y segura. El divorcio nunca fue una opción, o incluso pensarlo.
¿Cómo supiste que tu esposa era la indicada para ti? Crecimos juntos y fuimos mejores amigos desde antes de casarnos. Un amigo es para toda la vida; nuestro matrimonio ha durado una.
¿Harían algo diferente luego de 80 años de matrimonio? No cambiaríamos nada. No hay secreto en nuestro matrimonio, sólo hicimos lo que era necesario para cada uno de nosotros y para nuestra familia.
Luego de un mal día en la relación, ¿qué es lo más importante que recuerdan para seguir adelante? Recordar que el matrimoniono no es un concurso, no existe un marcador. Dios nos ha puesto juntos en el mismo equipo para ganar.
¿Cuál fue el mejor consejo marital que recibieron? Respétense, apóyense y comuníquense. Sean honestos, fieles y sinceros. Amense con todo el corazón.
¿Cómo lograron crecer como individuos y mantenerse juntos? Todo aquel que siembra y luego cosecha algo lo celebra como uno solo. Somos individuos, pero logramos más cosas cuando estamos juntos.
¿Las peleas son importantes? Nunca físicas. Acuerdo que está bien tener desacuerdos y pelear por cosas que realmente importan. Hay que aprender a inclinarse no a separarse.
¿Cuál es el mejor atributo de un cónyugue? Zelmyra: Un fuerte trabajador y buen trabajador. El año 1920 fue difícil pero Herbert trató y nos dio lo mejor. ¡Me casé con un gran hombre!
¿Qué es eso que tienen en común que trasciende todo lo demás? Ambos somos cristianos y creemos en Dios. El matrimonio es un compromiso con Dios. Cada día rezamos con y por el otro.
¿Cuál es el recuerdo más profundo que tienen de sus 85 años de matrimonio? Nuestro legado: 5 hijos, 10 nietos, 9 bisnietos y un bis-bisnieto.
