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12:06 AM

Repudian en Catacamas crimen de la abogada Iris Argueta

  • 24 octubre 2014 /

La defensora pública se convirtió en la víctima número ocho en lo que va de este año, según el Conadeh.

Catacamas, Olancho, Honduras.

La casa adonde la defensora pública Iris Elizabeth Argueta pasó sus mejores momentos, desde anoche se inundó de lágrimas en torno a su fallecimiento.

Sus parientes, amigos y compañeros de trabajo repudiaron el hecho criminal que les arrebató a una persona que se destacó por su responsabilidad y servicio en los cargos que desempeñó como profesional del Derecho.

Ante la ausencia física de sus padres, luego de haber fallecido cuando la occisa era aún una niña, hoy le lloran sus tíos y demás familiares, quienes la describieron como una joven profesional entregada a la iglesia.

Se informó que era miembro de la iglesia La Cosecha desde hacía varios años.

Las muestras de pesar llegaron desde diferentes sectores de la sociedad del municipio de Catacamas, ya que el asesinato de la abogada Argueta causó consternación y repudio en la comunidad y el departamento de Olancho.

La profesional fue asesinada a unas cuadras de su residencia, en horas de la tarde del pasado jueves, a manos de dos sicarios que se transportaban en una motocicleta.

Luego del ataque, Argueta fue trasladada aún con vida al Hospital San Francisco, de Juticalpa, adonde falleció cerca de las 8:30 pm, por lo que su cadáver fue enviado a Medicina Forense de Tegucigalpa.

El cadáver de la togada fue entregado a los familiares cerca de las 4:00 am de ayer, estos la condujeron a Catacamas.

El funeral de la exjueza de paz se hizo en el barrio San Sebastián Arriba, adonde residía desde que era una niña.

Sepelio

Para las 11:00 am de hoy se programó trasladar el cadáver de Argueta al Colegio de Abogados de la comunidad, donde permanecerá en vela por algunas horas, para luego sepultarla en el cementerio San Francisco.

Según el Conadeh, las autoridades están en la obligación de garantizar que los abogados desempeñen sus funciones sin ninguna intimidación.