Ciudad de México.
Desde que era adolescente, Iggy Azalea disfruta causar polémica y ser el centro de atención.
Es por ello que no le preocupa que los ortodoxos del hip hop la consideran demasiado light para ser una genuina exponente de ese género, y los del pop y dance la excluyan de sus filas por calificarla hardcore (punk duro).
“Le doy poca importancia a las críticas y a los ataques porque he aprendido que la vida no se puede tomar tan en serio mientras yo esté satisfecha con lo que haga.
Me encanta que hablen de mí, que los expertos me den tiempo en su día. Si tengo ‘haters’ (Seguidores que la aborrecen) o ‘lovers’ (fans que la quieren) lo agradezco. Sé que soy tendencia por eso y polarizo opiniones. ¡Fantástico! No paso desapercibida. Eso me ha sucedido desde que estaba en la escuela, o me odiaban o me amaban por mi forma de ser, y me encantaba”, puntualiza la cantante, modelo y compositora.
Difícil logro
A casi un año de haber debutado con su álbum The New Classic, la intérprete de Bounce y Fancy ha sido burla de Snoop Dogg, quien colgó en la red un meme burlándose de su aspecto físico, y ha sido defendida por Beyoncé, de quien fue telonera en The Mrs. Carter Show World Tour.
Nominada a cuatro Premios Grammy, y ganadora del People’s Choice Award como Artista Hip Hop Favorita, la australiana, de 24 años, provocó centenares de fantasías con la canción y el video Booty, que hizo con Jennifer López.
“Vivimos la era de los comentarios, de las respuestas en las redes sociales, de tener información inmediata. A veces pienso que si no estás ahí, en el centro de atención de la gente, no existes.
“Yo estoy fascinada con mi crecimiento artístico, viendo cómo me hago de un nombre y siendo un poco espectadora y un poco protagonista. Así entiendo de qué va el negocio y saco el mejor provecho”, asegura.
Añade que pocos han reparado en lo difícil que ha sido para ella conseguirse un espacio en el competido circuito musical internacional. Luego de sus primeros sencillos, “Pu$$y” y “My World”, incluidos en un EP, y que fueron su carta de presentación, le llegó la oportunidad dorada al conocer al rapero T.I., su mentor para sacar su primer disco.
“Cuando me fui a vivir a Estados Unidos estaba segura de que sería complejo, una aventura loquísima. Mis ahorros y mi trabajo me llevaron a permanecer en un bajo perfil.
“Poco a poco fui conociendo gente y ahora, con disco, nominaciones al Grammy, reconocimiento de mis fans, lo malo que puedan decir de mí me gusta. Insisto, es genial llamar la atención”.
Sufre acoso
Iggy Azalea se apartó a inicios del mes de su cuenta de Instagram en la que tiene más de 6.6 millones de seguidores.
“Hasta nuevo aviso, el Instagram de Iggy será manejado por su personal. Iggy se alejará por un tiempo de las redes sociales”, dijeron representantes.
Hace unos días denunció en la red social que un paparazzi la acosaba afuera de su casa.
Antes ya había dicho que dejaría de postear personalmente en su cuenta de Twitter, luego de que en febrero subió una imagen de ella en bikini y fue criticada por varios seguidores porque se le veía celulitis.
Desde que era adolescente, Iggy Azalea disfruta causar polémica y ser el centro de atención.
Es por ello que no le preocupa que los ortodoxos del hip hop la consideran demasiado light para ser una genuina exponente de ese género, y los del pop y dance la excluyan de sus filas por calificarla hardcore (punk duro).
“Le doy poca importancia a las críticas y a los ataques porque he aprendido que la vida no se puede tomar tan en serio mientras yo esté satisfecha con lo que haga.
Me encanta que hablen de mí, que los expertos me den tiempo en su día. Si tengo ‘haters’ (Seguidores que la aborrecen) o ‘lovers’ (fans que la quieren) lo agradezco. Sé que soy tendencia por eso y polarizo opiniones. ¡Fantástico! No paso desapercibida. Eso me ha sucedido desde que estaba en la escuela, o me odiaban o me amaban por mi forma de ser, y me encantaba”, puntualiza la cantante, modelo y compositora.
 Iggy junto a la británica Rita Ora grabó “Black Widow” y llegó a los diez primeros en diversos países de América y Europa.
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A casi un año de haber debutado con su álbum The New Classic, la intérprete de Bounce y Fancy ha sido burla de Snoop Dogg, quien colgó en la red un meme burlándose de su aspecto físico, y ha sido defendida por Beyoncé, de quien fue telonera en The Mrs. Carter Show World Tour.
Nominada a cuatro Premios Grammy, y ganadora del People’s Choice Award como Artista Hip Hop Favorita, la australiana, de 24 años, provocó centenares de fantasías con la canción y el video Booty, que hizo con Jennifer López.
“Vivimos la era de los comentarios, de las respuestas en las redes sociales, de tener información inmediata. A veces pienso que si no estás ahí, en el centro de atención de la gente, no existes.
“Yo estoy fascinada con mi crecimiento artístico, viendo cómo me hago de un nombre y siendo un poco espectadora y un poco protagonista. Así entiendo de qué va el negocio y saco el mejor provecho”, asegura.
Añade que pocos han reparado en lo difícil que ha sido para ella conseguirse un espacio en el competido circuito musical internacional. Luego de sus primeros sencillos, “Pu$$y” y “My World”, incluidos en un EP, y que fueron su carta de presentación, le llegó la oportunidad dorada al conocer al rapero T.I., su mentor para sacar su primer disco.
“Cuando me fui a vivir a Estados Unidos estaba segura de que sería complejo, una aventura loquísima. Mis ahorros y mi trabajo me llevaron a permanecer en un bajo perfil.
“Poco a poco fui conociendo gente y ahora, con disco, nominaciones al Grammy, reconocimiento de mis fans, lo malo que puedan decir de mí me gusta. Insisto, es genial llamar la atención”.
 Nick Young es el novio de Iggy desde hace dos años. Es jugador de la NBA.
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Iggy Azalea se apartó a inicios del mes de su cuenta de Instagram en la que tiene más de 6.6 millones de seguidores.
“Hasta nuevo aviso, el Instagram de Iggy será manejado por su personal. Iggy se alejará por un tiempo de las redes sociales”, dijeron representantes.
Hace unos días denunció en la red social que un paparazzi la acosaba afuera de su casa.
Antes ya había dicho que dejaría de postear personalmente en su cuenta de Twitter, luego de que en febrero subió una imagen de ella en bikini y fue criticada por varios seguidores porque se le veía celulitis.
