Ottawa, Canadá.
En el momento en que ministros y diputados canadienses apilaban sillas aterrados por los disparos que se escuchaban en todo el Parlamento, Kevin Vickers, un sargento de 58 años de edad, daba cacería al supuesto terrorista del Estado Islámico, (Isis), hasta que logró abatirlo y evitar una mayor tragedia.
Hoy ministros, diputados y medios canadienses dieron un tratamiento de 'héroe' al jefe de seguridad del Parlamento tras reconocer que logró salvar muchas vidas al exponer la suya.
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Ayer, al escuchar los disparos y ponerse en conocimiento sobre lo que ocurría, Vickers retornó a su oficina, abrió el cajón de su escritorio y tomó su arma. Bajó calmo en medio del caos, identificó al agresor y disparó. Fue suficiente. Puso punto final a la vida del extremista que ya había asesinado a un soldado en el edificio.
  Su autor, Martin Rouleau-Couture, identificado por los servicios secretos como uno de los 90 canadienses en suelo nacional sospechosos de poder realizar atentados, había sido detenido en julio cuando iba a viajar a Turquía. Unos 80 canadienses que estuvieron en zonas de guerra en Irak y Siria han retornado a su país según el gobierno. |
