15/04/2024
10:05 PM

Honduras tiene 2.2 millones de pobres más

Honduras solicitó en el año 2000 la condonación de la deuda por $3,810.86 millones, calculando su culminación en 2040. Ya arrastra una deuda interna de $592.57 millones.

Tegucigalpa, Honduras.

“De 150 que nos graduamos, el 90% seguimos desempleados. Eso me frustra y hasta he llegado a pensar que todo el sacrificio que hice fue en vano”.

Delmys Mancía, vecina de la aldea La Sarrosa, El Progreso, Yoro, se dedica a costurar para sobrevivir.

Desde que se graduó ha llevado currículos a más de 50 empresas, pero en ninguna le han dado la oportunidad.

Estudió para salir de pobre, pero ve sus esperanzas truncadas y hasta tiene pensado probar suerte emigrando a otro país.

“He pensado en irme ilegal para Estados Unidos, porque la situación es muy difícil. Si no me sale un trabajo en los próximos meses, creo que tomaré la decisión”.

La falta de oportunidades se conjugan con el fracaso de una estrategia gubernamental que lejos de reducir la pobreza la ha incrementado pese a sonados programas institucionales para generar empleos masivos.

De la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP) hoy hay más pobres y menos recursos y así lo reflejan las cifras del el Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), principal veedor social de estos dineros.

En un principio la ERP creó muchas expectativas; sin embargo, desde 2001 cuando había 3.8 millones de personas pobres la cifra aumentó a 6.0 millones hasta mayo de 2013, es decir, Honduras tienen 2.2 millones de pobres más.

De igual manera, casi el 64% de la población asalariada en Honduras recibe sueldos por debajo del salario mínimo; y en el caso de las personas que no tienen un salario fijo, el 81% anda por debajo del ingreso del salario mínimo.

Ya han pasado casi 14 años desde que a Honduras se le condonó la deuda por $3,810.86 millones, a cambio de una eficaz estrategia; pero sus números revelan su fracaso.

Foto: La Prensa



Desvío de recursos

Honduras solicitó ser beneficiada del Alivio de Deuda en el año 2000 durante la administración del presidente Carlos Flores; esta iniciativa nace para aquellos países con niveles de pobreza elevados, la cual fue muy apoyada a escala mundial por la Iglesia Católica, empresas y sociedad civil, a la que se le llamó Jubileo 2000.

Para entrar al Alivio de Deuda, Honduras tuvo que presentar una Estrategia de Reducción de la Pobreza, plan que en un principio fue realizado a escala gubernamental y no había sido consensuado con todos los sectores, por lo que la condonación fue interina.

Esos fondos que fueron absueltos tenían que ser destinados en cuotas anuales para la estrategia a un fideicomiso manejado por el Banco Central de Honduras (BCH).

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Luego, a finales de la administración del mandatario Ricardo Maduro (2002-2006) se logró la condonación plena porque cumplió con todos los requisitos; pero en ese momento se eliminó la figura del fideicomiso y se creó una partida en el presupuesto denominada como Donaciones Externas.

Desde hace 14 años, los Gobiernos debieron colocar cuotas cada año hasta el 2040, que es cuando se calcula que se terminarán de pagar aquellos préstamos que eran elegibles para alivio de deuda; pero hasta mayo de 2014, el país arrastra un déficit acumulado de $592.57 millones, es decir, que este monto no se ha traspasado a la cuenta.

El consumo de los recursos de la ERP hasta 2012 fue de aproximadamente 230,000 millones de lempiras, siendo en la gestión del presidente Manuel Zelaya (2006-2009) donde más se gastaron los fondos.

“La ERP fue un fracaso porque se gastó esa cantidad de recursos; aunque muchos funcionarios de cualquier administración dicen que se está invirtiendo.

Pero se invierte cuando esos recursos generan un cambio y lo que está sucediendo es que la pobreza aumenta”, expuso Raf Flores, subcoordinador del Fosdeh.

Lamentó que los fondos erogados de la ERP se han destinado más a gasto corriente, pero menos para disminuir la calamidad en que viven millones de hondureños. “Casi el 50% se quedó en gasto burocrático”, aseguró. Para Flores, la pobreza en Honduras es estructural, es decir, que no se han atendidos los factores que la determinan, como la educación, acceso a medios de producción (tierras, financiamiento); y otro punto importante es que la pobreza se reproduce.

“Lo grave es que ahora la ERP se eliminó y ha quedado solo el nombrecito porque no reúne las características y ahora se ha ido a las transferencias condicionadas”, explicó.

Refirió que entre esas transferencias está el Bono 10 Mil, con el cual el Gobierno cree que va a reducir la pobreza; en cambio, lo único que fomentan en la población es dependencia.

Estrategia fracasada

Arturo Alvarado, exsecretario de Finanzas, calificó la ERP como un fracaso al no aprovecharse de la mejor manera y no aplicarla en lo que se había establecido.

“Desde 2009 no se sabe nada de la Estrategia de Reducción de la Pobreza. La representante de Suecia cuando se fue dijo que la Estrategia se había echado a la basura y que no se había utilizado bien”, recordó.

Expuso que nunca se ha presentado un informe en el que se expongan los resultados negativos o positivos; aunque se suponía que era para reducir la situación de calamidad que viven los hondureños.

Analizó que tal vez los resultados que se esperaban no han sido posibles porque no ha habido continuidad por los Gobiernos para seguir implementando planes que puedan bajar los índices.