Para diferentes generaciones de nuestra época, el grupo U2 es realmente de película. Pero ninguno de sus admiradores hubiera imaginado que pudieran verlos también en cine. Ya se habían presentado en el Festival de Cannes con una producción en 3D.
Y volvieron a pasar por otro Festival Internacional de Cine, en Toronto, para estrenar el documental “From the sky down” que los persigue muy de cerca en la intimidad del estudio de grabación. Y buscando la intimidad de aquella intimidad, los entrevistamos personalmente.
¿Qué músicos dirían que ejercieron más influencia en ustedes?
Bono: A mí me gusta Patti Smith y “Horses”. Fíjate la brutal honestidad en una de sus canciones donde dice “Jesús murió por los pecados de alguien, pero no los míos”. Yo tenía 16 años cuando la escuché, no sabía nada de esta mujer, pero me dio ganas de averiguar más sobre ella.
The Edge: Yo pienso más en Miles Davis, porque no solo alteró el curso del jazz y la música, a veces él iba al estudio sin saber lo que realmente iba a intentar. Y es lo que un poco nos inspira a nosotros, porque claramente, también tratamos de salir de la comodidad para encontrar la creatividad. No hay otra salida. Si de pronto estás demasiado cómodo y solamente te basas en lo que sabes o las lecciones que aprendiste, inevitablemente esa es la música que vas a crear, un sonido cómodo. Y no tenemos el menor interés de pasar por ahí, es lo interesante de U2.
¿Y los Beatles no los influenciaron para nada?
Bono: Los Beatles son el sello de cualquier banda, no solo en el aspecto musical. Las fuerzas que moldean el mundo pasan por toda clase de perfiles culturales, políticos, espirituales. Nosotros siempre tenemos curiosidad en todos esos aspectos, no solo el lado cultural. Y los Beatles eran así. Fueron a la India a estudiar con el Maharashi, formaron los estudios de grabación Apple, entraron en la parte comercial. Experimentaron en todas las direcciones. Y cuando nos desviamos un poco, lo hacemos por el público, por la gente. Pero es lo que hacemos y supongo que los grupos que duran a lo largo del tiempo, son los que tienen cierta curiosidad en el mundo.
En el lejano rincón de Dublín, en Irlanda, el grupo U2 se formó en 1976, con la voz de Paul “Bono” Hewson, la guitarra de David “The Edge” Evans, el bajo de Adam Clayton y la percusión de Larry Mullen. Apenas eran un grupo de jóvenes adolescentes que querían formar un grupo en la Escuela Mount Temple Comprehensive, cuando Adam lo propuso. Para la primera convocatoria, aparecieron seis amigos. Y por un tiempo se llamaron “La banda de Larry Mullen”, hasta que Bono pasó a tomar control. Enseguida volvieron a bautizarse “Feedback”, solo porque era uno de los pocos términos técnicos que conocían. Y en 1977 eligieron el nombre “The Hype”, con el hermano de The Edge, Dik Evans como un quinto integrante. Pero cuando en 1978 Dik los abandonó, los cuatro integrantes definitivos volvieron a buscar las opciones de un nuevo nombre. Un amigo de Adam Clayton, Steve Avenil, sugirió seis diferentes opciones y la decisión de llamarse “U2” fue unánime, por la abierta interpretación y porque además resultó ser el nombre que menos les disgustaba. Compitiendo en un espectáculo de talentos, en el clásico Día de San Patricio en 1978, terminaron ganando el primer premio: 500 libras y suficiente tiempo para grabar el primer demo en un estudio de grabación. El resto, es historia. Con raíces punk, terminaron incorporando diferentes géneros de música popular, vendiendo más de 150 millones de cds en el camino de 22 premios Grammy que los convirtió en el grupo más popular del nuevo milenio.
¿Cuál de todas las canciones de U2 todavía les gusta, hoy?
Bono: “Miss Sarajevo” es la que menos me molesta cuando la escucho por la radio. Ahora si salgo... no hay nada peor que estar en un nightclub y que alguien ponga uno de nuestros temas. Enseguida reacciono mal, “Uy, estaba pasándola tan bien hasta ahora”. Pero si ponen el tema “Vértigo”...
The Edge: Ahí está bien.
Bono: Es bueno, porque en otros tiempos ponían “New Year’s day” o “Sunday bloody sunday”, que no está mal, pero si de repente estoy bailando, da un poco de vergüenza que pongan una canción nuestra y todos dejan de bailar, porque no pueden bailarla.
¿El tema “One” es un poco el himno mundial de U2?
Bono: Es extraño, sí. Hay gente que pone “One” en sus bodas.
The Edge: Solo porque nadie le presta atención a la letra.
Bono: Yo les aconsejaría a los novios que no elijan ese tema, porque es una píldora muy amarga de digerir. Y la utilizaron en formas muy extrañas, en Sudáfrica o Bosnia, con la gente que pelea por los derechos homosexuales.
¿Alguna vez sintieron que no habían terminado por completo alguno de los cds que sacaron a la venta?
The Edge: Lo que justamente pasa con nuestro grupo es que nunca terminamos un cd, solo lo sacan a la venta, pero probablemente nos gustaría cambiar algo en cada una de todas nuestras canciones. En algunos casos más profundamente que otros, pero siempre tenemos la oportunidad de tocarlas en vivo, ajustando o cambiando algo.
Bono: No debería explicar los títulos, pero con “Even better than the real thing” buscamos un pensamiento artístico. Y ahora que lo veo, pienso en la frase de Woody Allen: “No hay nada, para nada malo, en el sexo”. A veces, esas palabras o pensamientos terminan siendo meditaciones que uno nunca termina de entender, pero se siente bien. ¿Si hay algo que nunca queda terminado en un cd? En Inglaterra, una revista les pidió a diferentes artistas que hicieran su versión de “Achtung baby” y hay versiones extraordinarias. Es una lista de artistas increíbles como Jack White, Damian Rice o incluso, Patti Smith. Y es extraño, cuando escucho el cd con U2, solo escucho lo que está mal, pero cuando otros artistas lo hacen, me parece muy bueno.
¿En una escala de uno a diez, es verdad que pudieron haberse separado durante la grabación de “Achtung baby”?
Bono: Era muy, pero muy probable. Te daría un nueve bien irlandés.
The Edge: Supongo que tuvimos un choque dramático durante la grabación, porque se había terminado la confianza en el grupo. Estuvimos cerca. En vez de un quiebre repentino, creo que se hubiera ido dilatando de a poco. Y en cierta forma, hubiese sido muy triste si hubiera sido el final del grupo.
¿Edge es el perfeccionista del grupo?
Bono: Sí. Yo trato de ser perfeccionista pero todavía no lo logré. Y tengo que decir que si no tuviera el talento extraordinario del hombre que está sentado al lado mío, no tendríamos nada. Edge forma la orquesta con el resto de la banda, encontró el lugar donde va mi voz, donde Larry tiene su batería, donde Adam entra perfectamente con el bajo. Cuando hablamos de pintores, algunos son dueños de cierto color, como Van Gogh con el color amarillo o Yves Klein el azul. En el espectro de la música, hay ciertos tonos y sentimientos que le pertenecen a Edge. Y es remarcable, porque hay emociones que nunca antes se habían expresado antes. Así es él.
The Edge: Gracias, pero también tengo que decir que la forma en que toco la guitarra es el producto de estar en la presencia de mis otros tres compañeros, por tanto tiempo. Estoy seguro que no tocaría igual si no fuera por sus influencias. Para nada.
Bono: Yo solo ayudo a mostrar el camino.
The Edge: Cuando estamos en el estudio, a los ingenieros jóvenes les decimos que en los momentos en que no están seguros si deberían grabarnos, es cuando deberían empezar a grabar, porque ahí es cuando pasa todo lo mejor, lo inesperado. Cuando se enciende la luz roja, para que toquemos una sesión, por lo general no es tan interesante.
¿Cómo fue que aceptaron una cámara dentro de la intimidad del mundo de U2, con el documental “From the sky down”?
Bono: Aún me pregunto cómo los dejamos entrar al nivel que permitimos. Es muy interesante, porque como banda, somos demasiado protectores y agresivos.
The Edge: Pero con buenas razones, creo, porque trabajamos con gente profesional con grandes intenciones y dependiendo de la edición, una cámara tal vez pueda mostrar un ángulo que realmente no representa nuestros proyectos. Y desde el momento que Davis Guggenheim aceptó hacer el documental, sentí que podía tranquilizarme, sabíamos que él quería mostrar la verdad, en vez de buscar un buen cuadro o algo sensacional. Y te digo que fue muy riguroso con nosotros. Si notaba que no hablábamos naturalmente, cambiaba enseguida de tema, sabía cuándo tomábamos demasiado en cuenta la cámara.
¿Y ustedes cómo logran conservar el brillo de colores en la música de U2?
Es interesante, porque todos cambiamos. Habiendo vivido toda nuestra vida ignorando conscientemente lo que hicimos ayer, ni hablar de hace diez o veinte años. En estos momentos, siento que estamos muy cerca del borde de la irrelevancia. Podemos ser exitosos y tocar música enorme en lugares enormes pero hay que ver si aún podemos tocar música más humilde para otro público de radio o la gente actual.
Por: Fabián W. Waintal