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Juegos Olímpicos con sabor a The Beatles

  • 28 julio 2012 /

Paul McCartney recordó una de las épocas doradas de la música británica.

    El ex-Beatle Paul McCartney animó y cerró la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 el pasado viernes recordando la esencia de uno de los grandes grupos de la historia de la música británica.

    Sir Paul McCartney levantó al público de sus asientos cuando volvió a tocar el gran éxito del mítico grupo, Hey Jude. Antes había sonado en la ceremonia She loves you.

    Otro tema de The Beatles, Come together, sonó en una versión de los Arctic Monkeys, que también cantaron en directo para el público, haciendo los temas de The Beatles dominadores en una ceremonia muy musical.

    La actuación del ex-Beatle ya se conocía desde hace tiempo, a pesar de que el espectáculo se guardó en el mayor secreto, después de que el propio Paul (70) reconoció que deleitaría al público con la música de su antiguo grupo.
    Recorrido musical

    McCartney reconoció que, aunque interpreta Hey Jude desde 1968, a veces olvida la letra.

    “Es gracioso. A veces la olvido. Es una letra endiablada. De vez en cuando la olvido. Pero lo genial es que, aunque me da pánico, al público no le molesta. De hecho, en cierto modo le gusta”, afirmó.

    McCartney señaló antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos que estaba demasiado nervioso y confiaba en no cometer ningún error en el escenario. A la hora del cierre no olvidó la “endiablada letra”.

    “En un país tan pequeño, es increíble la cantidad de música que fuimos capaces de producir”, dijo el director de cine Danny Boyle, creador del espectáculo de la ceremonia.

    Más allá de la aparición de la reina Isabel II junto a James Bond, otro que tuvo su lugar fue Rowan Atkinson, que interpretó a su personaje James Bean, todo un ídolo en tierras británicas.

    Con la Filarmónica de Londres y parodiando a Carrozas de fuego, Mr. Bean produjo carcajadas.

    Sonaron en Stratford fragmentos de temas tan disímiles como Satisfaction de los Rolling Stones o Enola gay de OMD, así como el inconfundible sonido de los Sex Pistols. Bohemian rapsody de Queen y My generation de The Who también tuvieron su espacio dentro de una suerte de pista de baile que unía diferentes generaciones.