20/04/2024
09:11 AM

'Amo las mujeres hispanas”: Colin Farrell

“El vengador del futuro” está en cines catrachos desde el viernes.

    Recreando una versión más moderna de la película Total recall (El vengador del futuro) que ya había protagonizado Arnold Schwarzenegger, Colin Farrell revive en cine la realidad virtual, con la realidad de haberse cruzado virtualmente en la misma convención Comic Con de San Diego, donde Arnold justamente había estado el día anterior para presentar su vuelta al cine con la segunda película de Los mercenarios.

    Mientras Colin bromeaba imitando la voz de Schwarzenegger, comenzamos nuestra entrevista preguntando virtualmente la realidad de ese encuentro, antes de seguir con la realidad de su vida como padre, lejos del alcohol o las drogas, mucho más cerca del éxito.


    -¿Llegaron a hablar personalmente con Arnold Schwarzenegger sobre la nueva versión de Total recall?

    No. No me escribió, ni me llamó. Ni siquiera me mandó una paloma mensajera, nada (risas). Su teléfono todavía debe estar sonando, ni siquiera atiende el contestador automático. Ya no sé qué hacer (le cuesta parar de reír).


    -¿Hablando en serio? ¿Trató de llamarlo realmente? ¿Alguna vez se encontró con Schwarzenegger?

    No, pero lo conocí hace algunos años atrás, en un torneo olímpico. Es un hombre muy grande. En todo sentido. Vi todas sus películas, desde The running man hasta Red heat con James Belushi; Predator y todas esas.


    -¿Es verdad que usted se la pasaba imitando a Arnold en el estudio de filmación?

    Soy el mejor imitador de Arnold Schwarzenegger, cuando hago sus gruñidos (entre risas, imita algunos gruñidos con la voz de Arnold).

    Puedo hacerlo muy bien. Pero nunca uso ningún diálogo cuando lo imito. Solo fue una forma de divertirnos mientras hacíamos la película.

    -¿Y así como en la película Total recall pasa por un mundo virtual, como superestrella se da cuenta de que la gente piensa que usted realmente no vive en un mundo tan real como los demás?

    Solo porque soy un sinónimo de Hollywood (risas).

    La verdad, trato de no fijarme lo que piensa o siente la gente. Es un juego peligroso donde pasaría a juzgarlo todo. No siempre fui famoso.

    Antes de todo esto solía tener una vida normal. Y me acuerdo de haber admirado a otras celebridades que podían ser famosas por jugar fútbol, cantar o actuar. Y estoy seguro de que yo también llegué a pensar que sus vidas probablemente iban más allá de la realidad que vive la gente normal como yo lo era en aquel entonces. Pero no es verdad.


    -¿Cómo reaccionan ciertas personas cuando de repente se dan cuenta de que están encerrados en un elevador con Colin Farrell?

    Se horrorizan. “Paren, me quiero bajar”, dicen. “Te vi en una película y quiero que me devuelvas mi dinero” (risas).

    Es muy gracioso porque a veces se hacen los distraídos, como si estuvieran mandando un mensaje de texto, pero en verdad levantan un poco el teléfono para sacarme una foto.
    Es difícil tomarlo en serio porque todos los seres humanos somos ridículos, pero muy graciosos.

    -¿Realmente piensa que las superestrellas son tan normales como el resto del mundo?

    Todos morimos, todos pasamos por alguna enfermedad, todos perdemos gente que amamos. Este tema de la fama, ser una celebridad por trabajar como actor, que me hayan pagado muy bien en los últimos 10 años me ha permitido cosas increíbles, pasar mis vacaciones por los mejores hoteles del mundo o lustrarme bien las uñas (risas).

    No, pero hablando en serio, cuando 3mis abuelos estaban viejitos, pude conseguirles un buen hogar donde vivir. Eso fue lo mejor. No lo hubiera podido hacer si no fuera por la actuación y un poco de fama. Por eso, no lo sé, individualmente, solo sé que soy un hijo de p... con suerte.


    En plena capital de Irlanda, Colin James Farrell nació el 31 de mayo de 1976. Pasó por una de las mejores escuelas dramáticas de Dublin; en su país ya se había hecho famoso al protagonizar la serie de la BBC Ballykissangel, cuando aterrizó en Hollywood con la película Tigerland, sobre un grupo de soldados a punto de pelear en Vietnam. Empezó el nuevo milenio con el pie derecho: apenas un año después ya estaba protagonizando el sorpresivo éxito de la película Phone booth con la dirección de Joel Schumacher, mientras filmaba la superproducción Minority report de Steven Spielberg con Tom Cruise.

    Era justo la época en que Colin se había casado con la actriz inglesa Amelia Warner, con un matrimonio que apenas duró cuatro meses. Y mientras en la vida personal parecía haber fracasado, en su carrera profesional Colin encontró el perfecto camino al éxito. Con Al Pacino filmó The recruit y pudo mantener su acento irlandés en Daredevil al lado de Ben Affleck justo antes de llevar al cine las versiones de la series de televisión S.W.A.T y Miami vice. En un tiempo también se dijo que Farrell había tenido un romance con Angelina Jolie, cuando protagonizaron la película Alexander, que dirigió Oliver Stone sobre la historia de Alejandro Magno. En el camino también tuvo las escenas más apasionadas de la película Ask the dust con Salma Hayek. Y Woody Allen lo llamó para acompañar a Ewan McGregor en la película Cassandra’s dream.

    Intercambió las superproducciones con diferentes producciones independientes: también protagonizó la película In Bruges que estuvo nominada al Óscar como mejor guión original. Y con la película Ondine, también en la realidad Colin se enamoró de la protagonista Alicja Bachleda-Curus. Juntos tuvieron un hijo, Henry Tadeusz Farrell, en octubre de 2009, aunque aquella relación tampoco duró más de un año. Colin todavía sigue soltero. Farrell demostró su buen corazón y donó su salario completo para la hija de Heath Ledger cuando trabajó en la producción de The imaginarium of doctor Parnassus que Heath nunca llegó a terminar, por su muerte.

    Es que Colin ya había vivido antes al borde del abismo, cuando no supo distinguir los límites de la vida y en diciembre de 2005 tuvo que ser tratado por una seria dependencia a unos calmantes que le habían recetado después de un problema de columna y él mismo decidió internarse en un secreto centro de rehabilitación de alcohol y drogas.


    -¿Ser padre cambió su forma de pensar en la vida?

    Eso espero.


    -¿Se siente más humano?

    No sé si me siento más humano, pero con hijos uno siente un nivel de fuerza mucho más grande, de la misma forma que también aumenta el nivel de miedo que uno tiene en la vida. Los dos extremos se expandieron. Y quiere decir que el corazón y la mente también se expandió, en todo. Para mí ha sido la experiencia más increíblemente enriquecida que tuve. Claro, sí, amo a mis hijos y espero que sigamos igual, porque al parecer ellos también me quieren a mi.


    -En una parte de la película Total recall, Kate Beckinsale pregunta “¿quién consigue todas las fantasías que uno tiene?”. En su caso ¿las consiguió?

    ¿Si conseguí todo lo que quise? A ver, un momento que me está llamando mi patrocinador (del centro de rehabilitación). Creo que todo en moderación es la mejor clave para vivir.

    Ciertamente pienso que la saturación, en todo, es algo malo. He logrado muchísimo en mi vida, algunas cosas buenas y otras no veo la hora de dejarlas atrás.


    -¿Diría que llegó a cumplir todas sus fantasías?

    (Risas). El sexo es la ruta del hombre. De chico lo hice y casi me mata. Basta.


    -¿Es cierto que hace yoga como una fórmula para no tomar alcohol?

    No. Yo solía tomar alcohol ocho horas al día y cuando dejé de tomar necesité encontrar algo como el yoga. Seriamente, es lo mejor. La gran razón por la cual hay gente que vuelve al alcohol es por puro aburrimiento. Por eso es necesario ocupar el día sin buscar una adicción que tape otra adicción, sino ocupar un lugar propio de sucesos, con otros.


    -¿La actuación es también un estilo de adicción?

    Todo aquello que en la vida pueda atrapar tu atención o pueda ofrecerte un momento que te separe de tu ser puede serlo. Pero a veces, ciertas cosas que parecen muy divertidas también pueden resultar muy dañinas. Si actuara demasiado, si pasara de película en película, por supuesto, se volvería una adicción, por miedo de pensar que todo puede llegar a desaparecer.

    Las adicciones se crean en diferentes clases de lugares emocionales y psicológicos de la gente. No es mi caso hoy, pero hubo un tiempo donde pasé de una película a otra. Lo viví, lo hice dos o tres años, con apenas dos semanas libres entre un trabajo y el otro, viviendo solamente en hoteles donde no tenía un hogar. Y por un tiempo sirvió. Ya no.


    -¿Como actor encuentra una gran diferencia entre el rodaje de una superproducción como Total recall y las películas independientes de menor presupuesto como In Bruge?

    Honestamente, hay toda una gama extraordinaria de juguetes y efectos especiales con el enorme concepto de contar y filmar una historia como esta. Pero desde el punto de vista actoral, también honestamente, tengo que decir que el trabajo lo trato igual que las películas independientes. El trabajo es el mismo, a lo mejor aumenta un poco el trabajo físico, nada más.


    -¿Piensa seguir haciendo producciones independientes de buen nivel como In Bruges o incluso la película Triage que protagonizó con la española Paz Vega?

    Ah sí, absolutamente. Ondine es una película que ocupa un buen lugar en mi corazón. Mi segundo hijo nació de ahí y por eso la experiencia fue muy especial, pero nadie la vio.

    La película costó 12 millones de dólares y apenas debe haber recaudado seis mil dólares en todo el mundo. Y Triage ni siquiera se vio en el cine, fue directamente al DVD. Es una lástima, todos trabajamos muy duro, pero no resultó ser lo que todos esperábamos.


    -¿Le gustan las mujeres hispanas?

    ¿Estás buscando que diga que me gustan las hispanas? (Risas). Amo a las mujeres hispanas (más risas). Me atraen todas las mujeres, sin importar la raza, el color o los antecedentes culturales.


    -¿Y qué opina de la película que están por hacer Stanley Tucci y Emma Watson sobre la relación que usted tuvo con la escritora Emma Forrest?

    No lo tomes a mal, literalmente no tengo nada negativo que decir, pero prefiero neutralizar lo que diga, sin decir nada sobre ese tema.


    -¿Le gustaría explicar un poco la película con sus propias palabras?

    Básicamente se trata de alguien que se da cuenta de que todo lo que pensó que era real y verdadero era toda una mentira, una absoluta fabricación de la realidad virtual. En cierto sentido piensa que está maldecido por no tener pasado, porque todos usamos nuestro pasado como un tablero de reflexión donde juzgamos dónde estamos en el presente.

    Y sin pasado ni memoria cree que no es la persona que debería ser. Se siente como un náufrago en el océano con la falta completa de experiencia propia. Por eso tuve que interpretar las dos caras de la moneda, pero al final de la película ni siquiera yo sé cuál de los dos existe. Uy, perdón. ¿Qué dije? ¿Qué dije? Borremos todo, no puedo contar el final (risas).