El príncipe William ya sonríe y eso es muestra que la duquesa Catalina de Cambridge evoluciona muy bien de su hyperemesis gravidarum, una forma severa de náuseas matinales derivadas del embarazo.
El palacio de St James informó en un comunicado que Kate y su esposo están “enormemente agradecidos por los buenos deseos” que recibieron.
El heredero llegó ayer aunque periodistas de todo el mundo están acampados frente al hospital, el número dos en la línea de sucesión al trono británico no ha hecho ningún comentario a la prensa.
Otros que llegaron al hospital fueron Pippa y James Middleton, hermanos de la futura mamá. Ninguno de los dos tuvo contacto con la prensa británica. El martes, sus padres Carole y Michael Middleton se acercaron hasta allí, aunque ambos prefirieron evitar a los medios y entrar por la puerta trasera del hospital.
El centro asistencial fue víctima de una llamada falsa de una emisora de radio australiana, en la que los locutores se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos.
El hospital King Edward VII se ha disculpado por haber caído en la encerrona, después de que una enfermera revelara sin querer información médica de la paciente. Las autoridades médicas han condenado “la broma tonta” y asegura que revisará sus procedimientos internos.
