24/04/2024
07:00 PM

Will Smith: 'A veces hay que vivir el dolor para conocer el amor que ambicionamos”

  • 15 enero 2017 /

El actor habla sobre la muerte de su padre, una experiencia muy similar a la que vive en la cinta “Belleza inesperada”.

Los Ángeles, Estados Unidos.

En Belleza inesperada, Will Smith interpreta a un hombre que tiene que lidiar con la pérdida y la muerte, algo que el actor pudo experimentar en carne propia el año pasado cuando murió su padre tras una batalla contra el cáncer.

“No hay nada en la vida con lo que yo experimente más dolor que el amor. Hay cierta cantidad de dolor que tenemos que vivir para experimentar realmente el tipo de amor que todos ambicionamos. Incluso lidiar con el fallecimiento de mi padre fue cuestión de amor”, explica el intérprete en entrevista.

Sus palabras son profundamente emotivas, pero la voz de Smith es firme y controlada.

El amor, la muerte y la pérdida son los temas centrales de Belleza inesperada, historia que también cuenta con las actuaciones de Edward Norton y Kate Winslet.

En la cinta interpreta a Howard, un ejecutivo de publicidad de Nueva York que sigue afectado por la muerte de su hija de seis años. Tratando de comprender lo que le sucedió empieza a escribir cartas a las ideas abstractas de amor, tiempo y muerte. Y estas mismas ideas después se le aparecen en forma del Amor (Keira Knightley), la Muerte (Helen Mirren) y el Tiempo (Jacob Latimore).

La revista “Forbes” incluyó a Smith en la lista de los 10 actores más taquilleros de 2016. Recaudó 775 millones de dólares con “Escuadrón suicida” y “Belleza inesperada”
Mensaje

Su misión es ayudar a Howard a llegar a aceptar su pérdida. “Esta película aborda temas que son profunda y poderosamente reales y humanos”, indica.

Cuando aceptó el papel, Smith no tenía idea de que esos temas iban a aparecer en su vida real, fuera de la pantalla. “Hubo una extraña sincronía entre mi propia vida y esta película”, asegura.

“Yo interpreto a un hombre que tenía el mundo a sus pies, todo era perfecto. Lo tenía todo, tenía la vida resuelta. Después sufrió una pérdida y tuvo que esforzarse para creer de nuevo que podía volver a haber alegría en esta vida. De esta película y de la vida he aprendido que el dolor, el crecimiento y la alegría están increíblemente interrelacionadas”, continúa.

Will Smith y Kevin James en “Hitch” (2005).
Tristeza

Cuando el intérprete empezó a trabajar en Belleza inesperada, su padre Willard Carroll Smith parecía sano, pero cuando terminó el rodaje su padre había muerto.

“En el proceso de trabajar en esta película a mi padre le detectaron cáncer y le dieron seis semanas de vida. Resultó ser una temporada muy hermosa tanto para él como para mí. Yo leí y estudié muchos textos religiosos para encontrar respuestas sobre la vida y la muerte para mi personaje. Y después empecé a compartir con mi padre lo que estaba leyendo. La máxima dificultad humana es lidiar con la muerte y la pérdida”, agrega.

El intérprete encontró consuelo leyendo sobre los monjes budistas tibetanos que elaboran formas con arena densa y de colores, con la que crean grandes diseños, intrincados y hermosos.

“Trabajan en esas obras de arte 14 horas al día, las contemplan durante un minuto y después las borran. Eso es para demostrar que nada dura. Se trata de soltar todo. Yo aprendí a soltar”, confiesa.

El año pasado participó en la exitosa película “Escuadrón suicida”.
Madurez

Smith construyó su carrera de actor con la serie de televisión El príncipe del rap (1990-1996) y luego en la pantalla grande, primero con comedias alocadas y películas de acción cargadas de muchos efectos especiales. Le sigue gustando ese tipo de películas, asegura el actor, pero ahora saborea más los papeles más complejos y de más carga emocional que ha podido hacer en los últimos años. “Creo que estoy teniendo más experiencias en la vida que me permiten conectarme con emociones humanas más variadas y profundas”, admite.

Es consciente de que muchos de sus admiradores lo siguen considerando como el despreocupado joven de El príncipe del rap y admite que a veces es difícil cuadrar las expectativas de los fans con las aspiraciones artísticas más matizadas que impulsan su alma de 48 años de edad.

“He estado bajo los reflectores desde hace 30 años. Grabé mi primer disco en 1986. Era un chiquillo cuando llegué a la gran pantalla. Me encanta esa exuberancia, hermosa y juvenil y siempre trataré de mantener una parte de eso en mis trabajos futuros. Sin embargo, la forma en que vivo ahora mi vida es un poco más compleja que la de El príncipe del rap”, concluye.

Compartió créditos con Alec Baldwin en “La verdad oculta”.