18/04/2024
12:02 AM

Elizabeth, una reina fría y hermética

Isabel II cumple hoy 86 años. Inglaterra celebra este año su Jubileo de Diamante.

    No fue a la escuela como las demás niñas de su época y tampoco tuvo opción de llorar a su padre cuando murió, porque en ese justo momento su vida cambió y se convirtió en soberana de Inglaterra a los 25 años.

    Su nombre original es Elizabeth Alexandra Mary, y son pocos quienes la conocen así. Es millonaria, de carácter fuerte e influencia increíble ante el mundo, y justo hoy sábado 21 de abril cumple sus 86 años de vida.

    Son muchísimas las características que se podrían decir de su alteza real, pero ella es simplemente Isabel II de Inglaterra, la monarca que el 2 de junio estará cumpliendo 60 años de reinar ininterrumpidamente en 16 estados soberanos que conforman Gran Bretaña.

    Ha soportado de todo. Críticas dolosas, sondeos alarmantes que empañan su popularidad, divorcios y escándalos en su familia, el acoso de la prensa mundial y hasta la tragedia que casi le cuesta el repudio definitivo del mundo: la muerte de la princesa Diana de Gales.

    De la reina Isabel se han escrito mares de textos. Libros, reportajes, notas rápidas, biografías no autorizadas, publicaciones que muestran lados insólitos de su personalidad y si esto fuese poco, de ella hay millones de fotos de todas las formas, eventos o vestuarios. Por algo es una de las personas más fotografiadas en la historia de la humanidad. Es un personaje que genera noticia, opinión y admiración donde quiera que va o esté. Es respetada por el planeta entero y aunque parezca insólito, ya se comenzó a festejar el Jubileo de Diamantes, una serie de fiestas donde las joyas de la corona serán protagonistas de la fastuosidad real.

    Una niña sin niñez

    Un 21 de abril de 1926 vino al mundo la pequeña Elizabeth Alexandra Mary, primogénita del entonces príncipe Alberto, duque de York, que tiempo después ascendería al trono para convertirse en el rey Jorge IV del Reino Unido.

    Su madre Isabel Bowes-Lyon la tuvo por cesárea a las 2:40 am en la residencia de su abuelo materno. Ese hogar era la casa número 17 de la calle Bruton en Mayfair, Londres.

    A días de haber nacido, sus padres se mudaron a la casa 145 en Piccadilly en Londres y posteriormente a la residencia White Lodge en el parque Richmond.

    A los 38 días de haber nacido, fue bautizada por Cosmo Land, arzobispo de York, con los nombres de Elizabeth por su madre, Alexandra por la madre del rey Jorge V, o sea su bisabuela, y Mary por su abuela paterna.

    Bajo los preceptos de la Iglesia Anglicana, en aquella pequeña capilla privada del palacio de Buckingham, la hermosa bebé recibía las aguas bautismales. En su hogar la llamaban de cariño Lilibet.

    Cuatro años más tarde nació su única hermana, la princesa Margarita. Ninguna de las dos tuvo una educación tradicional. Jamás pisaron un salón de clases. Fueron educadas en su hogar por su institutriz Marion Crawford y bajo la lupa de su madre. Aprendieron idiomas, historia, literatura y por supuesto, música. Fueron las cuatro fuentes de aprendizaje en las que se enfocaron para educarlas como todas unas nobles.

    Crawford la describió en su libro como una niña apasionada por los perros y los caballos, y en la actualidad, Isabel de Inglaterra ha demostrado que esto es cierto. El entonces primer ministro, Winston Churchill, la conoció cuando tenía dos años y afirmó: “Es un personaje. Tiene un aire de autoridad y reflexión sorprendentes para un niño”.

    Definitivamente el destino no se equivoca y el futuro de Isabel II era ser reina y esas palabras han demostrado que así lo era.

    Destino perfecto

    Al nacer, Elizabeth Alexandra Mary recibió el título de Su Alteza Real la princesa Isabel de York, y era la tercera en la línea de sucesión al trono detrás de su tío Eduardo, príncipe de Gales, y su papá.

    Nadie esperaba que fuese reina, pero su futuro era ese: gobernar, reinar y dirigir. Cuando su abuelo, el rey Jorge V falleció en 1936, pasó a ser segunda en la línea de sucesión y su tío Eduardo ascendió al trono, pero tiempo después abdicó porque su amor y su promesa de matrimonio hacia Wallis Simpson, la no tan agraciada aristócrata divorciada, provocó una crisis constitucional porque nadie aceptaba esa boda. Fue ahí cuando le quedó el camino libre en su ascenso al trono de Inglaterra.

    Gracias a esto, el padre de la pequeña bebé de rubios cabellos logró convertirse en rey, y ella se convertía legalmente en la futura soberana inglesa. En ese momento comienza su preparación, cuando solo era una niña con 10 años de edad.

    Su inducción a la vida real fue enfocada a historia constitucional. Fue el propio vicerrector de la Universidad de Eton, Henry Marten, quien se encargó de este cometido.

    Como una monarca debe hablar varios idiomas, urgentemente tomó clases de francés con varias institutrices. Por ser educada en el hogar sin el roce de niñas de su edad, sus padres la inscribieron en el movimiento de escultismo Girl Guides, que la formó para que se relacionara con pequeñas contemporáneas a ella.

    Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, ella y su hermana residieron en el castillo de Balmoral, Escocia, donde actualmente suele pasar sus vacaciones. Después de varios domicilios establecieron residencia en el castillo de Windsor. Cuando cumplió los 14 años, emitió su primer mensaje de radio en el programa BBC Children´s Tour.

    Dos años después hizo su primera aparición pública en una visita a la Guardia de Granaderos. Poco a poco, la vida de Elizabeth Alexandra Mary fue teniendo mayor protagonismo y relevancia en la vida real de Inglaterra, preparándose así para reinar por los 60 años que está a punto de cumplir.

    El amor llegó

    Siendo una niña de ocho años, conoció al que sería su esposo para siempre: el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, más tarde duque de Edimburgo.

    Tres años después lo volvió a ver, y fue hasta en 1939 cuando en una fiesta en el Britannia Royal Naval College Isabel y Felipe se enamoraron. Ella tenía 13 años y debido a su abolengo y rígida crianza, se comunicaban por cartas. Fue un noviazgo estrictamente protocolario.

    Pasaron ocho años hasta que el gran día llegó, y un 20 de noviembre de 1947 se juraron amor eterno en la Abadía de Westminster. Como las leyes inglesas son al pie de la letra, su amado tuvo que renunciar a sus títulos de nobleza griegos y daneses, debió convertirse a la Iglesia Anglicana. Antes de la boda fue nombrado duque de Edimburgo y recibió el tratamiento de Su Alteza Real.

    La boda tuvo dos mil invitados y la radio BBC transmitió en vivo las nupcias. Los hijos vinieron exactamente un año después. El príncipe Carlos nació un 14 de noviembre de 1948, luego la princesa Ana en 1950.

    Nueve años después, 1959, nació el príncipe Andrés y cuatro años más tarde, 1963, el príncipe Eduardo.

    Curiosamente Isabel y Felipe son primos segundos por parte del rey Christian IX de Dinamarca y primos terceros por parte de la reina Victoria.

    La sucesión

    Hacía un viaje hace 60 años en una olvidada comunidad de Kenia, cuando apenas tenía 25 años. Un mensaje muy triste hizo suspender su expedición y cambiar el destino de su vida: su padre, el rey, había muerto, y ella era desde ese momento su sucesora.

    Voló a Londres y en el aeropuerto la esperaba el gran Winston Churchill, primer ministro de Inglaterra en ese entonces. Asumió la corona, porque como dice el lema “muerto el rey, viva el rey”.

    Su padre, el rey Jorge VI, había muerto de cáncer de pulmón y padeció una obstrucción arterial y hasta se le practicó una resección pulmonar. Nada pudo salvarle la vida. Fue un triste 6 de febrero de 1952 cuando Elizabeth Alexandra Mary se convirtió en soberana. No tuvo tiempo de llorar el deceso de su padre. Solo enfocarse en su nuevo rol: el de soberana.

    El 2 de junio de 1953 es coronada como monarca en la abadía de Westminster. Dos años más tarde, el entonces primer ministro Winston Churchill renunciaba a su cargo.

    Oficialmente su título en el Reino Unido es: Isabel Segunda, por la Gracia de Dios, del Reino Unido de la Gran Bretaña y de Irlanda del Norte y de sus otros Reinos y Territorios Reina, Jefa de la Mancomunidad de Naciones, Defensora de la Fe.

    Es la actual monarca parlamentaria de 16 estados soberanos conocidos como Reinos de la Mancomunidad de Naciones: el Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Barbados, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves.

    En varias ocasiones ha viajado por estos países. En los últimos meses, su hijo Carlos, el heredero al trono, o su nieto William, la han representado con excepcional suceso, pero este último es quien mejor es recibido por la simpatía que despierta y que recuerda a la inolvidable Diana de Gales.

    La reina Isabel II es la cabeza del estado del Reino Unido; sin embargo, como monarca constitucional no gobierna el país, aunque cumple con ceremonias importantes y roles referentes al gobierno. Quien legisla es el parlamento electo.

    La reina, gracias a su investidura, es considerada fuente de justicia, cabeza de las fuerzas armadas y tiene una relación importante con las iglesias establecidas en Inglaterra y Escocia.

    Por ello, y por los reflectores que conlleva su nombramiento y todo lo que suceda en su corte, la reina es atractivo para la prensa del corazón la cual ha dado cuenta de cómo, durante los últimos 30 años, y desde su trinchera ha hecho que la monarquía se modernice para sentirse más cercana al pueblo, trabajo que sin duda fue afianzado por su la que fuera su nuera, la fallecida Diana Spencer, quien se convirtiera en princesa de Gales luego de contraer matrimonio con el príncipe Carlos, primogénito de Isabel II, en 1982.

    A partir de la boda de Carlos y Diana, la monarquía fue vista desde una perspectiva más cercana a la gente. Conforme el tiempo pasaba, Diana se hacía más querida e Isabel II, hermética como siempre, había sido más distante. Diez años después, esa imagen cambiaría al declarar 1992 como un “año horrible”.

    Sus tres primeros hijos tenían problemas en sus matrimonios. Carlos y Diana recibían su asesoría para no separarse. Su hija Ana se separó de Mark Phillips, al igual que su hijo Andrés lo hacía de Sarah Ferguson.

    Durante un viaje de Estado a Alemania, manifestantes le arrojaron huevos y el castillo de Windsor sufrió un incendio. El affair de Carlos y Camila Parker hacía que los “malos del cuento” fueran la realeza inglesa, mientras que la gente, el pueblo, apoyaba a Diana aun en su relación con Dodi Al-Fayed.

    Tragedia

    El caos llegó con la muerte de Diana el 31 de agosto de 1997 y el hermetismo de la familia real. Lady Di falleció tras sufrir un accidente de auto en las calles de París perseguida por los paparazzis. Ahí, Isabel II vivió un importante desencuentro con los ciudadanos británicos, tras la muerte de Diana de Gales.

    La gente salió a las calles a llorar a su princesa. La reina se ocultó durante días en su residencia de verano de Balmoral, en Escocia. Y el hecho de que no ondeara bandera alguna sobre el Palacio de Buckingham enfureció al pueblo británico.

    El estandarte real solo se iza cuando la soberana está allí y nunca ondea a media asta. La reina necesitó demasiado tiempo para mostrar una señal de duelo. La rabia por la reacción dubitativa y nada dolida de Isabel II ante la muerte de su ex nuera fue resumida por el diario sensacionalista The Sun en el siguiente titular: “¿Dónde está nuestra reina? ¿Dónde está su bandera?”.

    Finalmente y tras la intervención del primer ministro Tony Blair hubo rectificación. En vez del estandarte real, se izó a media asta la bandera del Estado, la Union Jack, y la soberana, por fin, se dejó ver ante la enorme cantidad de personas reunidas delante de Buckingham.

    En su primer discurso televisivo en vivo en casi 40 años, aseguró al pueblo británico que como reina y como abuela de los hijos de Diana, William y Harry, estaba triste “de corazón”.

    Todo un suceso

    Hoy cumple 86 años y prácticamente ha visto o vivido parte de los acontecimientos históricos mundiales más importantes y recientes.

    Nació en una Europa tambaleante tras la Primera Guerra Mundial y vivió de adolescente los estragos de la Segunda. Conoció el racionamiento de los recursos en su país, hecho al que se le atribuye que sepa administrar muy bien los bienes.

    Sufrió la depresión por la postguerra en Europa y la reconstrucción del continente. Vio la Guerra Fría, el levantamiento del Muro de Berlín, su caída, y el fin de la URSS.

    Durante su mandato se han suscitado la Guerra del Golfo Pérsico y la invasión de Irak. Hace casi 30 años también fue testigo de la Guerra de las Malvinas, entre Reino Unido y Argentina, en la que murieron unas mil personas de ambos lados. Ahora, su nieto William visita las islas como una medida de rutina, en medio de la tensión por la soberanía que reclama Argentina de las mismas. Ha nombrado a 12 primeros ministros, entre los que se encuentran Winston Churchill, Margaret Thatcher, John Mayor, Tony Blair, Gordon Brown y David Cameron.

    Ha presenciado el surgimiento de la televisión a color, fue la primera monarca en mandar un correo electrónico en 1976 y tiene cuenta de Twitter y Facebook. En los 60 años de su reinado, Inglaterra ha sido cuna de The Beatles, de The Rolling Stones y vio el posicionamiento en cine de James Bond, el agente británico al servicio de su majestad.

    Pero también la música le ha ido en contra, como el tema God Save the Queen, de Sex Pistols, en el que la banda de punk se burlaba de la corona. El tema, de 1977, fue censurado.